Ángela Aguilar ha vuelto a estar en el centro de la conversación tras compartir un adelanto de su próxima gira Libre Corazón, un proyecto con tintes teatrales que muchos usuarios no tardaron en comparar con el reciente espectáculo de Cazzu, Latinaje. La polémica estalló después de que la cantante mexicana revelara algunos detalles de su proceso creativo y del enfoque visual y emocional que busca transmitir con este nuevo tour.
Una apuesta escénica que divide opiniones
La promoción de Libre Corazón comenzó con una serie de publicaciones en las que Ángela Aguilar mostró ensayos, fragmentos del montaje y una conversación con su director creativo, quien explicó la intención detrás del show. “Lo primero que hago es sumergirme en el mundo creativo de Ángela, el reto está en sentir su música. Dejar que las ideas respiren, que cada canción tenga un mundo visual y no solo escucharla, llegar a compartir cada uno de los sentimientos de sus canciones, imaginarme los colores”, expresó.
El creativo también adelantó que el espectáculo buscará conectar desde lo sensorial más que desde lo visual: “En un show no se trata tanto de lo que se ve, sino de lo que se siente y es ahí donde para mí se vuelven shows inolvidables. Se van a encontrar con un show muy melancólico, muy emocional, donde visualmente logramos fusionar la cultura mexicana en un estilo mucho más teatral”.
La artista, emocionada por el inicio de su gira, compartió en sus historias: “Ya terminamos el último ensayo para la gira de Libre corazón. Nos vemos pasado mañana. Estoy tan emocionada, tan ilusionada para que vean lo que hemos estado construyendo para ustedes con todo el amor, con todo el cariño del mundo”.
Sin embargo, lo que parecía una sincera muestra de entusiasmo rápidamente se convirtió en motivo de controversia.
Las comparaciones con Cazzu y la ola de críticas
En redes sociales, decenas de usuarios comenzaron a señalar similitudes entre el concepto de Libre Corazón y el reciente espectáculo teatral de Cazzu, Latinaje. La trapera argentina deslumbró hace unas semanas en el Auditorio Nacional con un show que combinó actuación, narrativa y música en vivo. Ambientado en la Buenos Aires de 1972, Latinaje: La novela presentó una historia sobre deseo, poder y doble vida, con una estética cinematográfica y una fuerte carga simbólica.
Ante esto, muchos internautas no dudaron en lanzar comentarios irónicos sobre las coincidencias entre ambos proyectos: “Quiere tanto ser ella”, “¿Por qué le tiene que copiar todo a Cazzu?”, “Show teatral como el que hizo Cazzu” o “¿Se le ocurrió antes o después de Latinaje?” son solo algunos de los mensajes que inundaron las redes.
A pesar de las críticas, Ángela Aguilar ha mantenido silencio sobre las comparaciones y se ha enfocado en promocionar su gira, que recorrerá distintas ciudades de Estados Unidos.
Entre la inspiración y la comparación
No es la primera vez que la intérprete de En realidad enfrenta este tipo de controversias. Su carrera, marcada por su juventud y el peso de pertenecer a una de las familias más reconocidas del regional mexicano, suele ser observada con lupa. Cada paso que da, desde su estilo hasta sus colaboraciones, genera debates entre quienes la acusan de “querer parecerse a otros artistas” y quienes defienden su derecho a explorar nuevos caminos creativos.
La propuesta de Libre Corazón parece apuntar a una evolución artística más introspectiva, con una narrativa visual que mezcla tradición mexicana, sensibilidad y teatralidad. Aun así, las comparaciones con Cazzu han abierto una nueva discusión sobre los límites entre la inspiración, la coincidencia y la apropiación creativa dentro de la música.

