Selena Gómez vive uno de los momentos más felices de su vida. A finales de septiembre, la cantante y actriz se casó con el productor Benny Blanco en una ceremonia íntima en Montecito, California. Sin embargo, entre la lluvia de felicitaciones y las imágenes que hicieron suspirar a millones, una ausencia en la lista de invitados volvió a encender una vieja conversación: la de Francia Raisa, la actriz que en 2017 le donó un riñón y con quien, según los rumores, mantiene una relación distante.
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Como suele ocurrir con todo lo que rodea a Selena, las redes no tardaron en dividirse. Algunos revivieron el tema del “distanciamiento”, otros la señalaron de “malagradecida”. Pero entre los titulares y los comentarios fuera de contexto, hay algo que no puede pasar desapercibido: Selena Gómez sí ha expresado en repetidas ocasiones su enorme gratitud hacia Francia Raisa, y sus propias palabras lo prueban.
La boda que reabrió viejas heridas

La boda de Selena y Benny fue uno de los eventos más esperados del año: elegante, discreta y cargada de simbolismo. Con un vestido de satén y una sonrisa que reflejaba plenitud, la intérprete de Love On selló una etapa marcada por la superación y la estabilidad emocional. Pero mientras sus seguidores celebraban, otros notaron que Francia Raisa, su amiga de años y donante de riñón, no estuvo presente.
Pocos días antes del enlace, Francia fue abordada por la prensa sobre si asistiría a la boda. Su respuesta, breve pero reveladora, dio de qué hablar: “Ay Dios mío, de eso ahorita no voy a hablar, pero sí sé que se va a casar y estoy feliz por ella”. Después añadió con serenidad: “Mira, tiene vida, ya es billonaria y estoy agradecida de que pude hacer eso por ella. Es una donación. Si vas a donar un dólar a St. Jude, no llamas para preguntar qué están haciendo con tu dólar”.
Con ese mensaje, Raisa pareció cerrar el tema con madurez. No hubo rencor, solo la aceptación de que ambas han seguido caminos distintos. Aun así, la ausencia bastó para que la polémica resurgiera.

Selena sí ha agradecido a Francia en más de una ocasión
Lejos de la narrativa que la pinta como “malagradecida”, Selena Gómez ha sido consistente en reconocer la magnitud del gesto de Francia Raisa. Desde 2017, cuando ambas compartieron públicamente su proceso de trasplante, la cantante no ha dejado de mencionarla con respeto y cariño.
Ese mismo año, durante su emotivo discurso al recibir el premio Mujer del Año en los Billboard, Selena rompió en llanto y dijo frente al público: “Francia me salvó la vida y no podría estar más agradecida”. En 2021, en el Día Mundial del Riñón, volvió a recordarla en redes sociales con un mensaje simple pero poderoso: “Gracias por bendecirme. Te estaré eternamente agradecida”.
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Más adelante, en 2022, durante su serie documental Selena Gomez: My Mind & Me para Apple TV+, la artista fue aún más directa: “Nunca, jamás estaré más en deuda con alguna persona que con Francia. La idea de que alguien ni siquiera se la piensa para convertirse en donante es increíblemente abrumadora”.
Estas declaraciones no solo desmienten las acusaciones, sino que muestran el profundo respeto que Selena mantiene hacia quien, literalmente, le dio una segunda oportunidad de vida.
Más que una amistad rota, una historia de evolución
En los últimos años, Francia Raisa también ha pedido poner fin al odio que recibe en redes. En una conversación de 2023 con TMZ, habló sobre el acoso constante que vive desde el distanciamiento con Selena: “Ella está literalmente por ahí diciendo: ‘Por favor, paren’. No entiendo por qué no se detienen, no solo por mí, sino por los demás que también están siendo acosados”.
Ambas han explicado que no hubo traición, sino caminos distintos. Francia lo resumió así: “Crecimos en direcciones diferentes. No hubo un pleito, simplemente necesitábamos tiempo aparte”.
Y aunque la amistad ya no es la misma, el agradecimiento permanece. Francia donó vida; Selena la honró al reconstruir la suya. Hoy, mientras la cantante celebra una nueva etapa personal, su historia con Francia no se define por el conflicto, sino por el amor, la gratitud y la madurez con que ambas han aprendido a soltar sin borrar lo vivido.