Después de más de una década juntos, la actriz Marcela Ruete, reconocida actriz de Ecuador, y su esposo Francisco Negri han dado un paso clave: registrar oficialmente su matrimonio en Ecuador.
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Aunque se casaron en Argentina en 2012, civil y eclesiásticamente, ese enlace no había sido homologado en Ecuador, lo que dejó a Marcela con su cédula aún con el estado civil de “soltera”.
“¿Qué tal? Tuvimos que casarnos en Ecuador, jajajaja”, escribió Marcela en Instagram junto a una foto de ambos firmando documentos ante el Registro Civil. Decidieron hacer la inscripción cuando un trámite legal lo exigió.
Familia, risas y un detalle inesperado
La pareja tuvo que improvisar algunos detalles del acto legal: los testigos fueron amigos cercanos, José por parte de Marcela y el gerente comercial de la empresa de Negri por parte de él.
Marcela contó que ni su madre ni sus hijos sabían del registro. Fue una sorpresa familiar: sus hijos llamaron para saber por qué no los había recogido y ahí se enteraron que era porque se estaban casando. El día fue tan imprevisto que su esposo salió en la foto con la nariz rota, la actriz comenta que su esposo de dio un golpe contra un poste justo el día mismo día.
Ventana al pasado: cómo empezó todo
Marcela Ruete y Francisco Negri se conocen desde 2004 y se casaron en Argentina en 2012. Tienen tres hijos juntos y en algún momento vivieron en Argentina, pero decidieron establecerse en Ecuador.
Aunque el matrimonio real ya existía ante sus amigos, su familia y la vida cotidiana, faltaba el sello legal en Ecuador. Esa formalidad fue la que completaron recientemente.
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¿Por qué es importante inscribir tu matrimonio?
Aunque suene burocrático, registrar el matrimonio tiene varias ventajas, asegura derechos legales (como herencia, seguridad social, cambios de nombre si así se desea), y evita confusiones o barreras en trámites oficiales. En este caso, fue clave que Marcela corrigiera su estado civil en documentos oficiales.
Lo bonito de esta historia es cómo mezcla lo formal con lo familiar, lo íntimo con lo divertido. No hubo un gran evento, ni una ceremonia ostentosa (aunque la pareja lo haya celebrado en redes sociales). Fue algo pequeño, sencillo, pero significativo. Esa naturalidad que muchas personas desearían en momentos así.
Si estás en una situación parecida, viviendo un compromiso serio, con una unión que no ha sido formalizada legalmente donde resides, esta historia puede ser inspiración. No tiene que ser algo perfecto ni planeado con meses de antelación. A veces basta con dar un paso, firmarlo y hacerlo real para todos los efectos.