Cuando parecía que el universo cinematográfico de DC no encontraba su rumbo, James Gunn aparece como ese rayo de esperanza y chispa que necesitábamos. Con Superman, el aclamado director de Guardians of the Galaxy no sólo presenta un reboot visualmente espectacular, sino que devuelve al personaje su alma: la de un héroe noble, entrañable, algo torpe y profundamente humano. David Corenswet, enfundado en el icónico traje azul y rojo, no intenta imitar a sus antecesores pero hay algo en él que se siente muy familiar respecto a lo que vimos con un Christopher Reeve (y eso lo hace fascinante). Conrenswet entrega una interpretación fresca, carismática y emocionalmente compleja que logra conectar con las nuevas generaciones, apegándose a la esencia de los cómics.
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La cinta marca el inicio oficial del renovado DC Universe liderado por Gunn y Peter Safran, y lo hace con una mezcla efectiva de acción, ternura, caos cómico y una narrativa que llega al corazón. Atrás quedó la visión oscura y solemne de Zack Snyder. Este nuevo Superman cae, sufre, ama, duda y teme, pero también aprende, se levanta y nos recuerda por qué sigue siendo el verdadero símbolo de lo que significa ser un superhéroe.
David Corenswet sorprende desde la primera escena. Su versión del Hombre de Acero no es sólo guapo o imponente; es vulnerable, curioso, y por momentos, hasta ingenuo. Aquí no hay trauma ni monólogos demasiado complicados. Hay ternura, dilemas éticos, humor absurdo, y sobre todo, una búsqueda honesta por hacer lo correcto.

Aunque muchos esperaban un tema musical completamente nuevo que distinga a este Superman, James Gunn opta por una jugada segura pero emotiva: apelar a la nostalgia con la icónica melodía de John Williams, ahora reinventada con arreglos orquestales más épicos por el compositor John Murphy que elevan aún más la grandeza del personaje.
En este renacimiento del universo DC, Lois Lane también brilla con luz propia. Interpretada por Rachel Brosnahan, esta periodista del Daily Planet es mucho más que el interés romántico de Superman: es su igual. Audaz, incisiva, emocionalmente compleja y profesional hasta la médula, Lois representa el contrapunto perfecto para el idealismo del héroe. Su química con Corenswet es tan natural como chispeante; cada escena que comparten está cargada de una intimidad que no necesita demasiadas palabras y mucho menos, poner a Lois como la damisela en peligro.

Brosnahan da vida a una Lois que no se achica ante nadie. Se cuestiona el papel del superhéroe, le lanza preguntas incómodas y, aun así, deja entrever su vulnerabilidad emocional. Es una líder, una voz crítica en un mundo lleno de extremos, y su importancia en esta narrativa es vital.
Superman de James Gunn es, en el mejor sentido, una buena apuesta para honrar a los cómics. No necesita explicar cada rincón del universo ni ser ultra fiel al canon; lo que logra es capturar su espíritu. Es una película esperanzadora, poderosa y con espacio para lo absurdo y lo divertido. En un mundo saturado de superhéroes, esta entrega se siente distinta porque no busca ser más grande ni más oscura, sino más honesta.
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Por cierto, quien merece una mención honorífica es Krypto, el superperro que termina por robarse el show cada que aparece en pantalla. Ahora, la pregunta que todos nos hacemos, ¿será ésta la reinvindicación del UDC? Los ojos ya están puestos sobre Supergirl, para 2026.