Beyoncé no solo domina la industria musical con cada álbum y gira mundial, también ha sabido mantener una imagen poderosa, elegante y misteriosa que la ha convertido en un ícono cultural global. Y ahora, sus hijas comienzan a robarse los reflectores. Durante su actual Cowboy Carter Tour, mientras la mayor, Blue Ivy, sigue consolidándose como una joven estrella en el escenario, fue la pequeña Rumi Carter quien captó toda la atención… y no precisamente por sus pasos de baile.
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Durante una de las presentaciones recientes, Rumi —quien apenas tiene ocho años— hizo un gesto que ha despertado intensas teorías en redes sociales: levantó las manos para formar el conocido “roc sign”, un símbolo asociado a su padre, Jay-Z, y a su disquera Roc-A-Fella Records. Sin embargo, muchos aseguran que este gesto tiene un significado más profundo y “oscuro”, al estar históricamente relacionado con las teorías conspirativas del grupo Illuminati.
¿Qué significa el gesto y por qué causó tanta controversia?
El “roc sign”, una forma de diamante hecha con las manos, es una seña distintiva de Jay-Z, utilizada durante años para representar su sello discográfico. Sin embargo, desde hace más de una década, ese mismo gesto ha sido interpretado por muchos como el “símbolo Illuminati”, alimentando teorías de conspiración sobre el supuesto poder oculto de artistas como Beyoncé, Madonna o incluso Donald Trump.
En 2013, Beyoncé ya había sido acusada de “hacer el gesto Illuminati” durante su presentación en el Super Bowl, donde millones vieron cómo formaba un triángulo con sus manos en pleno escenario. Para algunos fue una muestra de apoyo a su esposo; para otros, una señal críptica de pertenencia a una sociedad secreta que —según las teorías— manipula el entretenimiento y la política global desde las sombras.

Así, ver a una niña de apenas ocho años repetir este gesto durante un concierto encendió las alarmas en redes sociales. En redes sociales se llenaron de comentarios y videos que sugerían que “la nueva generación de los Carter” ya estaría siendo preparada para continuar con “la agenda”.
Lo más probable es que Rumi, emocionada por compartir el escenario con su madre y su hermana, simplemente repitiera el gesto que ha visto hacer a su papá en cientos de conciertos. De hecho, durante el mismo show en París, Jay-Z apareció como invitado sorpresa, lo que hace lógico que Rumi usara el símbolo como homenaje familiar.
Sin embargo, el eco de las teorías conspirativas sigue resonando. Beyoncé ha sido, desde hace años, una de las figuras favoritas de quienes creen en la existencia de una élite secreta que manipula la cultura pop. En parte, por su imagen pulida, su ascenso imparable, y por la forma tan controlada en la que maneja su vida pública.
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Pero tal como han señalado expertos en cultura pop, esta narrativa se ha vuelto una forma de reinterpretar el éxito femenino y afrodescendiente desde una mirada de desconfianza, a menudo envuelta en misoginia y racismo. La propia Beyoncé se ha burlado de estas teorías en varias ocasiones, alimentándolas con guiños estéticos, pero sin tomarlas demasiado en serio.
A pesar de lo que digan las teorías, tanto Blue como Rumi están creciendo en un entorno donde se les permite explorar sus pasiones, pero con los pies en la tierra. Beyoncé ha mencionado en varias entrevistas que protege ferozmente la privacidad de sus hijos y que les ha enseñado a vivir una vida lo más normal posible.