Ante la emergencia sanitaria mundial por la expansión de coronavirus, la estrella del fútbol portugués, Cristiano Ronaldo, se ha mostrado económicamente solidario y al mismo tiempo indiferente, lo que ha generado muchas críticas.
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A decir del diario ABC, hace unos días que Cristiano tuvo el gesto de donar dos unidades de cuidados intensivos a un hospital de Lisboa y a otro de Oporto con el objetivo de combatir la nueva enfermedad.
En el caso del hospital lisboeta de Santa María, se totalizan 20 camas y 20 ventiladores para puedan beneficiarse los pacientes que ingresen en el centro de referencia en esta dura batalla.
Un nuevo vehículo
Pero dos días después Ronaldo reservaba por internet un automóvil de lujo para comprarlo por ocho millones de euros, algo que no cayó bien a los portugueses ya que ante una situación tan crítica en Europa, no parece el momento adecuado.
El futbolista, que actualmente forma parte de la plantilla del equipo italiano de la Juventus, primero tomó una decisión drástica y después de que su compañero Rugani diera positivo por coronavirus.
Reseña el diario El País que Cristiano se refugió en Madeira junto a su familia, decidido a no regresar de momento a su puesto de trabajo en Turín, donde residen habitualmente.
El jugador utilizó su avión privado para desplazarse hasta Portugal, donde se recupera su madre, Dolores Aveiro (de 65 años), del ictus que sufrió a principios de este mes.
Ronaldo, Georgina Rodríguez y sus cuatro hijos se instalaron en el lujoso piso que poseen en un nuevo edificio de siete plantas de su propiedad que está destinado a acoger a toda su familia.
Salieron de compras
Su actitud de no regresar a Italia ya recibió críticas, pero en los últimos días la polémica subió de tono después de que fotógrafos portugueses captaran al futbolista y su pareja saliendo de compras.
No es que comprar esté mal, sino el contexto en el que el resto de los portugueses se encuentran en cuarentena y las fronteras con España se cierran para evitar la propagación del virus.
Además comenzó a publicar fotografías luciendo sus abdominales en el gimnasio particular que había ordenado instalar como parte imprescindible de su inmueble.