El último capítulo de La Divina Comida, estuvo marcado por la sinceridad de sus invitados, entre los que figuró Adriana Barrientos, Ignacio Lastra, Stefano Massú y Carolina Molina, la ‘Rancherita’. Pero sin duda, fue esta última quien llamó la atención con una conmovedora historia sobre su vida luego de su paso por Rojo, fama contrafama.
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La cantante explicó que si bien era una experiencia que quería tener, no la pasó muy bien. «Un día se me acerca un productor de Rojo, y le dice a mi representante que venía un programa de talentos y ‘queremos que Carolina esté ahí’. Le dijo que no, y ahí llamaron a la María José Quintanilla, ganó muchos premios. Todo estaba enfocado en Rojo«, contó, indicando que se incorporó en la tercera temporada. Sin embargo, este ingreso le costó el vínculo con su mánager.
El problema se produjo una vez que llegó a la televisión, en donde aseguró que le fue mal debido a la relación que tenía con sus compañeros. Luego vino lo peor. «Salí de Rojo y se me acabó el mundo. Que te echen de ahí es como, ‘devuélvete a tu casa, no sirves para esto’. No me quería devolver a Quillota, porque pensaba que mis papás me iban a decir ‘quédate acá, esto no es lo tuyo’», dijo.

«Se me acabaron los ahorros que tenía y ya no tenía nada que comer», agregó Carolina Molina, señalando que permaneció en Santiago pese al mal momento que enfrentaba. Incluso, confesó que hacía durar un tarro de jurel durante una semana porque no tenía nada más que comer. Pero eso no fue todo.
Momentos después, la cantante reveló la «estrategia» que tenía para poder alimentarse. «Iba los restoranes, y tenía un celular en ese tiempo. Lo dejaba con alarma para que sonara tres minutos después de haber llegado. Típico que te pasan la carta, te ponen la mantequilla y el pebre. Me hacía el pan con eso, me lo comía antes que sonara la alarma. Hacía como que contestaba el telefóno, y decía que me tenía que ir, ese pan era mi almuerzo. Me iba de restorán en restorán», comentó, ante la mirada de los invitados, quienes valoraron su fortaleza.
«Lo fácil era volver a Quillota, pero la luchó hasta lograr lo que quería», comentó Stefano Massú.