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“Mucho Gusto” comienza el matinal con maratónica revancha entre Evelyn Matthei y periodista

La alcaldesa se enfrentó con el periodista del matinal Simón Oliveros, a meses del recordado momento

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Una maratónica mañana fue la que se vivió este viernes en el matinal Mucho Gusto, cuando el periodista Simón Oliveros se enfrentó con la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei. El comunicador buscaba la revancha, luego que la política saliera corriendo durante un despacho realizado en la misma comuna en medio del estallido social.

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«Simón está elongando. Vemos que te estás preparando y a mí me da miedo esto», comentó José Miguel Viñuela en el estudio. «Comienza el trote por la comuna de Providencia. Comenzamos por allá porque me dijeron ‘tienes que botar todas las malas vibras de ayer, tienes que iniciar tus vacaciones con alegría. Quiero contagiarle la alegría a toda la gente del Mucho Gusto«, dijo al comenzar su despacho en vivo.

Posteriormente, Simón comenzó a trotar y se encontró en el camino con la alcaldesa Evelyn Matthei, quien inmediatamente le sacó ventaja. Tal como ocurrió en noviembre pasado, cuando provocó que los periodistas que se habían congregado en el lugar salieran corriendo detrás de ella.

Mucho Gusto

«Evelyn, ¡Evelyn!, ¡Evelyn!», se lo escucha gritar, mientras la política avanzaba sin parar. «¡Otra vez!, ¡otra vez lo hizo!», agregó, ante la mirada atenta de los panelistas en el estudio. «¡Segunda vez que me lo hace!», continuó relatando el periodista, a la vez que intentaba alcanzarla. «Oye, estoy impresionado con cómo corre. Es impresionante la alcaldesa», señaló José Miguel Viñuela.

Una vez que lo consiguió, se tomó un momento para recobrar el aliento. «La Usain Bolt de Providencia», comentó Viñuela, mientras que el periodista explicó que tiene 13 años de trayectoria periodística en coberturas de política y tsunamis, pero que sus amigos lo vieron por primera vez debido al meme que se viralizó por su trote junto a la alcaldesa.

Sobre ese momento, Evelyn Matthei reconoció que «la verdad es que ese día todos ustedes me tenían chata, porque estaba ayudando, y era algo muy natural. Si hay que correr sillas, lo hago, pero ese día se tomaron lo que estaba haciendo como una cosa tan extraordinaria».

«Flotaba el chaleco amarillo, que me lo habían regalado, por lo demás», agregó, entre risas.

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