La princesa Jasmine siempre ha sido una de las favoritas del universo Disney. Desde su primera aparición en 1992, ha fascinado por su audacia y su increíble estilo (¿quién podría olvida esa vibrante blusa de color turquesa y pantalones de harén que la caracterizan?).
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Sin embargo, en la nueva versión live action, dirigida por Guy Ritchie, Naomi Scott lleva a esta princesa a un nuevo nivel en todos los sentidos. Y es que no sólo le dio un giro más empoderado y protagónico sino que también abrió un nuevo guardarropa y una apariencia más moderna con vestuarios de inspiración india.
Los diseños estuvieron a cargo de Michael Wilkinson quien en entrevista para EW dijo que quiso plasmar una «metáfora de su viaje como personaje».
La película presenta alrededor de 10 trajes nuevos para Jasmine, todos los cuales trazan el arco de su historia. Mientras se va «liberando» y tomando confianza, su estilo se transforma de algo muy cargado y pesado a algo más ligero y fluido.
Muchos esperaban verla en su característico vestuario turquesa sin embargo, la versión en carne y hueso definitivamente les permitió a los creativos jugar más con la profundidad y expresividad del personaje.
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De acuerdo con Wilkinson, los vestuarios de Jasmine son un homenaje a la herencia india de Scott, así como una inspiración en «Las Mil y Una Noches» compilación de historias de las que se extrajo Aladdin. Además, el director quiso que se plasmara un cruce entre el este-oeste de Arabia, por lo que es una ciudad completamente fantástica que expone la belleza de las culturas árabes, indias y asiáticas.
Wilkinson también ha dicho que la película «es una celebración de la belleza de la cultura árabe» así que no hay forma de decir que «está mal realizada».
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Esto también permitió darle un giro más elaborado al traje turquesa que porta la princesa en el clásico animado. Las tiaras y joyas también se convirtieron en un elemento importante para su imagen.
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