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Vimos la nueva versión live-action de “Aladdin” y esto es lo que pensamos

Disney apostó por hacer un live action de “Aladdin” , uno de los clásicos animados más queridos de todos

Con el cariño que siente por la versión original (incluyendo la nostalgia por el «Genio» del fallecido Robin Williams) y las expectativas de un exigente público, Disney apostó y acertó con el remake live action de «Aladdin», uno de los clásicos más queridos por generaciones.

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Y es que después de generar una división de opiniones en torno a Will Smith como el Genio y un par de desconocidos como protagonistas, el público logrará separar lo que vieron en 1992 para darle una oportunidad a la propuesta de Guy Ritchie.

Parece difícil de creer que el hombre detrás de thrillers como  Sherlock Holmes o King Arthur: Legend of the Sword, fuera capaz de llevar a la pantalla grande una historia tan fantástica como la de Aladdin, pero lo logró y no sólo porque hizo realidad el reino de Agrabah, sino porque hizo que Naomi Scott, Mena Massoud y Will Smith se convirtieran en el trío del momento.

Scott (Jasmine) y Massoud (Aladdin) tienen una química excepcional y ni qué decir del fantástico Will Smith, quien le inyectó una dosis de «Bel-Air» a un Genio del cual el mismísimo Robin Williams se sentiría satisfecho.  Así que si estabas preocupado por ver una extraña versión azul de Will Smith, tenemos que decirte que podrás respirar tranquilo en los 128 minutos que dura la película ya que verás una versión más humana de este personaje.

Al principio quizá te parecezca extraño pero créenos, es porque tiene una historia más profunda a explorar.

La historia es la misma que en la versión animada: Aladdin (Mena Masud), un joven que vive de robar en los callejones de Agrabah que se enamora de la princesa Jasmine (Naomi Scott), cuando esta escapa del Palacio para colarse entre sus súbditos. Aladdin se encuentra con la lámpara maravillosa que contiene un genio y tres deseos que cambiarán su fortuna.

Como era de esperarse, Jasmine tiene un giro feminista pues no bastó con dejarla como una princesa rebelde que quiere descubrir el mundo sino que tiene el objetivo claro de convertirse en Sultán para ayudar a su gente, sin la necesidad de tener a un príncipe a su lado.

Por otro lado, tenemos a Marwan Kenzari, quien interpreta al villano Jafar, uno de los más temidos en el universo Disney. El público tendrá que definir si merece ser catalogado como tal pues mientras que muchos se distraen con su «galanura», otros opinan que le falta la perversión del villano original. Cabe mencionar que viene acompañado de su fiel Yago, aunque en una versión no tan caricaturezca.

Por lo pronto, Kenzari cumple y no deja de ser una pieza clave en el desarrollo de la historia, además de que podemos ver un poco más a fondo sus oscuras intenciones.

Cualquier película de Hollywood ambientada en un reino árabe imaginario tendrá sus problemas, pero Disney hizo lo posible por evitar los estereotipos étnicos que empañaron su animación de 1992. Para empezar, el elenco son actores de piel marrón (todos los actores de voz en el original eran blancos). Mena Massoud, de origen egipcio y canadiense, le otorga el encanto de pícaro necesario al propio Aladdin, mientras que Naomi Scott, una actriz británica de ascendencia india le dio  fuerza a Jasmine. Marwan Kenzari, es de origen holandés-tunecino y en un papel secundario, hay hasta un príncipe europeo. Así que hay un gran abanico de nacionalidades y etnias presentes.

La película también introduce a Dalia, la mano derecha de la princesa, interpretada por Nasmin Pedrad que sin duda se convertirá en una favorita del público y un elemento más que alimenta el girl power de la cinta.

Y quien señala que parece más una película Bollywoodense que árabe, debe recordar que la historia original es un cuento persa que vacila entre las culturas árabe, india y china. La película animada representa más la cultura árabe pero en el remake se podrá ver una mezcla de arquitectura, vestuarios, música y paisajes que funcionan a la perfección. Tenemos diversidad y tenemos representación. ¿Se puede pedir más?

El remake de Aladdin es claramente una buena película para niños y pocos dirán que lo prefieren por encima de la versión animada pero merece una oportunidad, especialmente porque cuenta con la música del legendario Alan Menken (Aladdin, La Sirenita) y de Benj Pasek y Justin Paul (The Greatest Showman). Juntos le dieron un nuevo número musical a la princesa Jasmine, lejos de lo que ya se había visto en la puesta de Broadway o en el parque Disneyland (pues en la animada no tiene una canción sola).

Los números musicales son una verdadera joya. Los trajes son hermosos, los colores son vibrantes y las canciones funcionan bien. Las canciones más entrañables de la cina animada como «A Whole New World» y «One Jump» están incluídas y por supuesto, «Friend Like Me» con un despliegue de elementos mágicos en «la Cueva de las Maravillas». Por cierto, la canción utiliza nuevas letras inspiradas en el legendario letrista de Disney Howard Ashman, quien trabajó en el score original junto con Alan Menken. Eso sí, te advertimos que es probable que las canciones te suenen un pero extrañas al principio pero eso es porque vienen actualizadas con sonidos más pop. Aún así, es imposible no quedar atrapado y cantar cuando la música comienza.

Ahora sólo queda esperar si «Speechless» logra colarse en la próxima entrega del Oscar como nueva canción original.

Este año, Disney definitivamente tomará las riendas del cine, entre el rotundo éxito que tuvo Anevgers: Endgame y los próximos estenos de El Rey León, Toy Story 4 y Star Wars IX.

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