Para nadie es un secreto que fueron pocos los instantes cordiales y felices de la princesa Diana y el príncipe Carlos cuando estuvieron casados.
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Se casaron en 1981 y poco después comenzaron los problemas y dolores, de hecho, desde la misma luna de miel en el crucero Royal Yatch Britannia. Ese momento sirvió para dejar al descubierto un lado que no le gustaba para nada a Diana.
De acuerdo a la biografía The Dutchess: The Untold Story, la autora real Penny Junor se adentró en la luna de miel infeliz de la pareja y escribió: “Diana no era lectora y se ofendió porque él preferiría enterrar su cabeza en un libro en lugar de sentarse y hablar con ella”, reseñó el diario británico Express.
Esto era lo que más odiaba la princesa Diana: que la ignorara y se negara a compartir con ella.
“Ella odiaba sus miserables libros”, agregó la biógrafa. “El príncipe imaginó unas maravillosas vacaciones bajo el sol, nadando, leyendo, pintando y escribiendo cartas de agradecimiento”.
“Se había llevado sus acuarelas y algunos lienzos y un montón de libros de Laurens van der Post, que esperaba poder compartir y discutir en las noches”, manifestó Junor.
A juicio de la escritora, la luna de miel “fue un desastre y solo sirvió para demostrar lo poco que tenían en común”.