La informalidad se ha instalado poco a poco en las monarquías europeas, de protocolos muy rígidos y estrictos. Esos guiños con su pueblo son medidores de la popularidad de las familias reales. La princesa Mary de Dinamarca sabe bien cuando permitirse un desliz, como el que tuvo en una reciente visita a Roma.
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Tras una apretada agenda de dos días, que incluyó una entrevista con el papa Francisco, charlas con mujeres y ruedas de negocios con empresarios daneses, Mary y su esposo, el príncipe Federico, visitaron el Foro Romano.
Para ello, Mary optó por llevar el mismo vestido beige que usó horas antes en otro escenario, pero combinado con unos escandalosos tenis blancos. Muy al estilo de Pippa Middleton, la hermana de Kate, quien suele llevar este atrevido look.
Gusto comprobado
La curiosa elección llamó la atención de los seguidores de la realeza, pues Mary es conocida por su buen gusto. En 2010 fue escogida por la revista Vanity Fair como una de las mujeres mejores vestidas del mundo.
La próxima reina de Dinamarca ha sabido impulsar a los diseñadores de la patria de su esposo, haciendo uso de sus conocimientos de makerting que aplicó durante los años que trabajó como publicista.
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Reacciones encontradas
En las redes sociales no dudaron en cuestionar el look de la princesa, que contrastó con el que llevó horas antes cuando llevaba zapatos nude para acompañar el mismo vestido. Algunos internautas consideraron que debió cambiar de outfit y otros la apoyaron por un tema de practicidad.
“No puedes caminar en tacones altos en el Foro Romano”, escribió Anette Billes, quien considera que el estilo de Mary “es muy bueno”. Para Sanne Dencker “aún se veía increíble”, a pesar del contraste entre traje y calzado.
Mientras que Vera Nikolic cree que “ella también debería cambiar el vestido, no es el adecuado para tales actividades”. La opinión más radical la emitió Luv Heall, quien cree que solo debe llevar tenis si tiene problemas en su espalda.
