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Los lugares que hicieron feliz a la princesa Diana, fuera del palacio

La princesa Diana también pudo disfrutar de la vida fuera del palacio como cualquier otra persona

La vida de la princesa Diana de Gales pudo haber estado marcada por la tragedia y el sufrimiento tras las puertas del Palacio Real. Desde si relación forzada con el príncipe Carlos, hasta su romance con Dodi Al Fayed y su trágica muerte en  el 31 de agosto de 1997,  el destino de Diana quedó sellado en una fracción de segundo.

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Sin embargo, la princesa también tuvo momentos de gozo y alegría. Fue amada por muchos y tuvo unos hijos encantadores. Además, al ser una royal inadaptada y sedienta de aventura, Diana tuvo la oportunidad de visitar los lugares más fascinantes de Londres que terminaron por hacerla feliz.

Hoy todos pueden ser visitados y si llegas a ir a ese rincón del mundo, seguro entenderás por qué le gustaban tanto.

Café Diana

Este pequeño café se encuentra frente a los jardines del palacio de Kensington. A simple vista, podría parecer una cafetería cualquiera, con aires de antaño. En realidad, es bastante ordinario, pero era de los lugares favoritos de la princesa e incluso se puede encontrar su firma enmarcada en una de las paredes. El lugar abrió por primera vez hace 30 años y durante 9 años, Diana lo frecuentó junto a sus hijos William y Harry para tomar café y comer una rebanada de pastel o un croissant.

Launceston Place

Uno de los restaurantes favoritos de Lady Di por su cocina de inspiración británica y francesa. Este era sin duda un rincón especial de la princesa ya que era discreto y hogareño. En honor a Diana lanzaron un platillo llamado Soufflé Diana, aunque hoy en día ya no está en el menú.

San Lorenzo

La princesa Diana amaba salir a cenar y la trattoria italiana San Lorenzo, en Knightsbridge, era uno de sus lugares favoritos. San Lorenza mezcla lo tradicional italiano con un aire hollywoodense ya que reunía a un montón de celebridades de todo el mundo. Diana solía llevar a William y Harry a almorzar a este lugar ubicado en Beauchamp Place, justo al final de la calle de Harrods y Harvey Nichols, donde a la princesa le gustaba ir de compras.

Royal Vauxhall Tavern

El famoso bar gay al que Freddie Mercury llevó a la princesa vestida de hombre, en 1988. Diana y el vocalista de Queen eran buenos amigos y esa tarde lo convenció de llevarla al Royal Vauxhall Tavern a donde asistiría acompañado de los comediantes Kenny Everett y Cleo Rocos. Convencido de su suerte, Mercury tuvo la idea de disfrazarla para que nadie la reconociera. La princesa pasó desapercibida y hasta fue descrita como «un joven modelo y hermoso». El lugar sigue siendo una de los centros nocturnos queer más populares de Londres.

Royal Opera House

A la princesa Diana le encantaba bailar e incluso dio clases de ballet antes de casarse con el príncipe Carlos. Era tanto su amor por el baile que incluso siendo princesa logró escabullirse para retomar algunas clases.  Diana asistía regularmente a las actuaciones en la Royal Opera House pues además, logró entablar una amistad con el bailarín Wayne Sleep. En 1985, al ritmo de Uptown Girl de Billy Joel, la princesa apareció en el escenario junto a Wayne como una sorpresa que había planeado para Charles, mostrando toda la libertad que no se le permitía en el Palacio.

 

El McDonald’s en Kensington High Street

¡Hasta la familia real tiene antojos por la comida rápida! Diana quería darle a William y Harry una educación lo más normal posible y eso implicaba llevarlos al lugar de hamburguesas más famoso del mundo: McDonald’s. Esta se encontraba en Kensington High Street y según Paul Burrell, su antiguo mayordomo, «Diana llevaba a sus hijos a McDonald’s para que disfrutaran de una Big Mac y papas fritas como cualquier niño».

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