Al momento de imponer carácter a los hijos, la realeza lo hace sin importar que los niños estén en la línea de sucesión al trono. Esto le ocurrió recientemente a la duquesa de Cambridge y esposa del príncipe Harry, Kate Middleton, quien tuvo que regañar a su pequeña Charlotte porque quería hacer un pequeño berrinche.
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Estos eventos o situaciones permiten volver más reales (de realidad, no de realeza) a los personajes protagonistas de las monarquías. Ellos son igual que cualquier padre que desea que sus hijos hagan caso y se comporten de la manera correcta en los eventos públicos.
En el matrimonio de su hermana Pippa, Kate tuvo que hacer callar a la princesa que se encaprichó frente a todos. Los paparazzi lograron captar las imágenes y cómo la niña le hizo caso de inmediato a su madre.
Su madre le habló para que la niña cambiara su actitud, mientras su hermano George observaba no tan atento la escena.
En la instantánea se observó su mirada pura e inocente hacia su mamá, tratando de copiar su mensaje de “shhh, be be be”.
En julio pasado, la princesa Charlotte hizo otra de sus travesuras. Ella demostró que tiene un gran carácter. La niña fue la gran protagonista en el bautismo de su hermano Louis, quinto en la línea de sucesión al trono británico, que no pasó desapercibido para la prensa.
La pequeña, que caminaba de la mano de su padre, después del servicio en el Palacio de St James, le dejó bien en claro a los fotógrafos hasta dónde podían pasar: “Ustedes no vienen”, les dijo lo que causó risa entre los presentes.
La princesa es considerada la más extrovertida de los hijos de los duques de Cambridge y le encanta saludar y arrojar besos al público.