A horas de convertirse en mamá por primera vez, te revelamos los secretos que Pippa Middleton empleó para llevar un embarazo saludable y garantizar un parto feliz. La hermana de la Duquesa de Cambribge es una atleta consumada, que decidió bajar la intensidad de sus entrenamientos, pero sumar nuevas experiencias para traer al mundo a un bebé sano.
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Fue a través de su columna en la revista del megamarket Waitrose que Pippa confirmó los rumores de su embarazo y ofreció detalles de su evolución. “Cuando supe la feliz noticia de que estaba embarazada, me di cuenta de que necesitaba ajustar mi rutina normal de 4 a 5 días a la semana y encontrar una manera de continuar mi ejercicio de manera segura durante los tres trimestres”, confesó.
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Entonces decidió entrenar solo de 3 a 4 veces por semanas, durante 45 minutos, tomando en cuenta sus niveles de energía. Incorporó varias actividades, para tener mayor motivación y no aburrirse.
Desafío personal
“El acondicionamiento físico me da energía y me ayuda a despejar mi mente. Me encantan las endorfinas y el factor de zumbido que proporciona el ejercicio”, contó Pippa a sus lectores, por ello no solo fue al gimnasio durante estos nueve meses, sino que además hizo ejercicio al aire libre.
“Encontré el aire fresco mejor que nunca para despejar la cabeza y mantener el cuerpo activo, también con la natación y el tenis, nunca he disfrutado más”, explicó y afirmó que lo único que no hizo durante el embarazo fue correr: “Leí que era inseguro, me gustaba la idea de darle un descanso a mi cuerpo (y al bebé) de los golpes en el pavimento”.
Cuestión de actitud
La cuñada del príncipe William siguió practicando pilates y yoga, manejó bicicletas y caminó con pesas para trabajar los brazos. Incluso se aferró a la barra de ballet para mejorar su estado de salud y divertirse.
Aunque confesó que fue la natación lo que más le gustó. “Afirmo con toda seguridad que es el ejercicio más placentero y gratificante que he descubierto durante la gestación”, escribió en su columna.