La princesa Diana de Gales fue una mujer muy bondadosa, que inspiró al mundo con sus acciones altruistas y fue un ejemplo para todos, para ser mejor persona.
Por algo se ganó el título de La princesa del pueblo, y es que Diana trascendió como la princesa que se acercaba a las personas, que no ponía una barrera entre ellos, al contrario, los tocaba, abrazaba, para que la sintieran cerca, como una más del pueblo, y su debilidad eran los niños.
Por eso, a 21 años de su muerte aún es recordada, e incluso Meghan Markle, la esposa de su hijo menor Harry, ha tratado de seguir su ejemplo y hacer historia como una duquesa que deje un legado, como lo hizo su suegra.
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Desde que se casó con el príncipe Harry, la exactriz y ahora duquesa ha roto el protocolo en varias ocasiones para acercarse a la gente, darles la mano, incluso un abrazo, y hacerlos sentir cercanos a la realeza, en especial con los niños.
Sin duda la princesa Diana estaría muy orgullosa de la mujer que su hijo escogió como su esposa, pues como ella, tienen la premisa de ayudar a las personas, de escuchar sus problemas, sin importar si eso implica romper el protocolo de la realeza.