Lidiar con suegras difíciles es la tarea de todos los días de muchas, pero cuando eres Meghan Markle y tienes a la reina Isabel como madre política, no sólo tienes que llevarte bien, sino además acatar las reglas que te imponga.
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Como nueva realeza que es, Meghan aún tiene que acostumbrarse a muchas cosas que no hacía cuando era actriz de televisión. Y aunque ha tenido que dejar de actuar, ir de fiesta o cerrar sus redes sociales, son las pequeñas restricciones las que quizá la han afectado más, como el tener que dejar de comer ajo y cebolla.
Según el medio Express, la reina Isabel simplemente no puede soportar el aroma picante de ajo, por lo que ha prohibido a varios miembros de la realeza -entre ellos Meghan- que no lo consuman.
La reina británica parece imponer protocolos poco convencionales pero el disgusto de la reina Isabel por el ajo ha sido de conocimiento público durante años. «Nunca podemos servir nada con ajo o demasiadas cebollas», asegura el chef real Darren McGrady en la revista gastronómica ‘Food & Wine’. «La reina en el jamás de los jamases tendría ajo en el menú».
Markle ha confesado lo mucho que disfruta de la comida con ajo por lo que se le permite comer todo lo que quiera, siempre y cuando no sea durante un banquete real, sino en privado
A su vez, hay otra regla bastante similar que todos cumplen a rajatabla: no comer marisco durante las visitas oficiales. La razón es puro pragmatismo real: estar seguros de que una intoxicación alimentaria no afecta a sus planes.
«Nunca podemos servir nada con ajo o demasiadas cebollas», dijo Darren McGrady, el chef real en el Palacio de Buckingham, a Express. «La reina nunca tendría ajo en el menú».
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Aunque renunciar al ajo podría ser fácil para cierta parte de la población, ciertamente no es para Markle, cuyo plato favorito es una bomba de ajo total. En múltiples entrevistas antes de que se convirtiera oficialmente en una real, la duquesa de Sussex se volvió poética sobre su amor por el adobo de pollo filipino, que requiere más que unos pocos dientes de lo bueno.
Con suerte, ella todavía lo cuela en su receta favorita de pollo asado. Dado que el plato fue el que inspiró al príncipe Harry a proponer, uno puede asumir que viven en un hogar secreto a base de ajo.