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Los 3 malos hábitos que Harry dejó por amor a Meghan

Así como Meghan vivió varios cambios en su vida para casarse con el hijo menor de la princesa Diana, el príncipe Harry también cambió varios hábitos por la exactriz.

El pasado 19 de mayo el mundo se detuvo con la boda real del príncipe Harry y Meghan Markle.

Así como Meghan vivió varios cambios en su vida para casarse con el hijo menor de la princesa Diana, el príncipe Harry también cambió varios hábitos por la exactriz.

Harry dejó de fumar, algo que seguramente le costó, pero que tenía una motivación muy importante: tener hijos con Meghan, pues la nicotina puede afectar la fertilidad masculina.

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Otro cambio del príncipe fue reducir el consumo del alcohol, algo que en el pasado le trajo problemas y le llevó en parte, a algunos de sus escándalos más sonados como las fotos desnudo en Las Vegas y la noche que intentó golpear a un fotógrafo cuando salía de una discoteca en Londres.

La eliminación del alcohol formó parte de una dieta con la que el príncipe recuperó su figura. Según dijo el New York Daily News, desde noviembre y gracias a la reducción de consumo de alcohol, Harry habría perdido casi cinco kilos.

El otro hábito que Harry abandonó fue la comida rápida. A menudo la prensa se ha hecho eco del amor de Harry por las hamburguesas de McDonald’s y ha sido visto en una popular cadena británica de pollo frito llamada Nando’s.

Para mejorar su alimentación el pequeño de los Windsor siguió los consejos de su esposa (que ha declarado que entre semana su dieta es estrictamente vegana) y recurrió además a la nutricionista Gabriela Peacock.

Su dieta eliminó por completo la leche, rebajó el consumo de azúcar y se basó, principalmente, en consumir proteínas, sobre todo en forma de carne.

Harry también comenzó a acudir todos los días a un gimnasio a las siete de la mañana, en concreto a un centro privado llamado KXU cuya membresía cuesta casi 850 euros al mes.

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