Hace 20 años, el cabello de colores fuertes, así como los tatuajes y los «piercings», era segregado socialmente. Era visto como algo propio de personas que adoraban subculturas como el punk o el metal.
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Poco a poco, esta visión fue cambiando. En la década de 2000 pocos artistas, como Gwen Stefani y Pink adoptaron las tonalidades fuertes para diferenciarse artísticamente de las demás cantantes pop.
Hasta que en 2006, artistas como Rihanna comenzaron a romper los estereotipos.
Actualmente, el cabello de colores es una tendencia en auge. Ahora, más allá de la parafernalia surgida alrededor de marcas como Manic Panic las mujeres ahora quieren algún toque de color en su pelo y van a los salones de belleza para lograrlo.
Por esta razón, en la galería que acompaña la presente nota verán algunas ideas que los inspirarán.
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