El caso de la niña trans de cinco años conocido en la prensa en estos días, ha abierto el debate sobre si es posible detectar la identidad de género en edades tan tempranas. Cómo saber si un niño es trans, qué hacer y cómo abordarlo, son algunas de las interrogantes que intentamos responder a continuación.
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Pese a que en nuetro país se conoce poco sobre el tema de la identidad sexual, la integración de niños transgénero de apoco se ha ido visibilizando. Para identificar si un menor puede llegar a ser trans, hay que estar atento a ciertos factores, que si bien no siempre son los mismos, sí suelen repetirse en la mayoría de los casos.
Para el académico de la Escuela de Psicología de la Universidad Mayor, Rodrigo Brito, lo más importante es tener claro que la transexualidad no es una enfermedad. «Todo lo que tenga que ver con la diversidad sexual no cabe dentro del campo de la patología, es un problema básicamente de desadaptación», explica el experto.
La clave para hacer que estos niños se sientan integrados va de la mano con la aceptación y la integración. «Generalmente, el niño reporta incomodidad con su cuerpo a partir de los 3 a 4 años y la transmte, siente que está en un cuerpo que no le pertenece y se sinte incómodo. Por ejemplo, a un niño que tiene pirulín le empieza a molestar tenerlo, y lo dice, manifiesta su molestia, y lo hace en forma creciente», explica el experto.
Para el psicólogo, se haría necesario consultar a un especialista siempre que los padres noten una desadaptación importante en su hijo. «Cuando el entorno se vuelve tan prejuicioso y descalificador que el menor comienza a verse mermado en su autoestima, hay que analizarlo. Primero hay que evaluar al niño, puede que no sea transexual, puede que sea otra cosa, hay que determinar si efectivamente hay una transexualidad».
Posterior a la evaluación, viene la fase de adaptación conjunta entre el niño y su entorno. «Habría que ver qué medidas tomar a nivel de la familia, del colegio y todo lo que rodea al niño en general. Todas las medidas tienen que ver con comprender mejor el fenómeno, aceptar e integrar, esas son las claves de cualquier intervención, pero no para mejorar al niño, uno interviene para que se generen las condiciones de aceptación», concluye Brito.