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Lecciones de vida por Reality Bites

Además de retratar a la Generación X, esta película es una digerible y ácida interpretación de la vida adulta.

Reality Bites (1994) es una película protagonizada por Ethan Hawke (el galán noventero por excelencia), Winona Ryder y Ben Stiller, dirigida por este último. La fotografía es por Emmanuel Lubezki, tenía que hacer la observación como buena atascada de lo visual.

A grandes rasgos, la historia gira en torno a Lelaina (Ryder) y su grupo de amigos, quienes a excepción de Troy (Hawke) se han recién graduado de la universidad. Poniendo ese evento como punto de partida del ¿y ahora qué sigue?

La inconformidad de la desencajada Generación X reflejada en el rostro del cuarteto es documentada en vídeo por Lelaina, quien aspira a ser cineasta y no la asistente de producción que actualmente es.

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Las grabaciones comprenden líos existenciales, los miedos, las visiones sobre el amor, el sexo, el sida y la homofobia, en resumen el desencanto de la época: el consumismo que viene a arruinar el noble trabajo “artístico” de Lelaina, una oferta laboral poco optimista para una generación sobre calificada y el delirio de héroes en un mundo bastante descompuesto, ah y claro las relaciones, que si desde entonces eran complicadas ahora nos roba toda esperanza. Todo esto con buenas dosis de humor.

La película continuamente cae en un sentimentalismo, siempre hay en los personajes un brillo en los ojos que parece que van a soltarse a llorar cada que explotan. Pero lo interesante es que el drama va más allá del triángulo amoroso, por eso aquí va un poco de lo que me enseñó Reality Bites aparte de fumar mariguana en una lata de cerveza:

1. Se puede aprender mucho observando tu generación

…Y tomando nota, o vídeo. Los personajes van detrás de su identidad: unos descubriendo, develando y otros justificándola. Mientras Lelaina quiere ser heroína de un mundo por el que Troy no daría ni un centavo, Vickie busca el amor en casi un centenar de one night stands, Sammy se refugia en el celibato para no confrontar su homosexualidad, y Michael (Stiller) quisiera liberarse de la cárcel del estrés profesional que apenas le permite tomar aire.

“Es bastante normal sentirse perdido en los 20’s, no eres el único” es mi interpretación. La diversidad de aspiraciones es punto y aparte de la vía para lograrlo, lo bueno es ver que desde hace tiempo muchos jóvenes no quieren seguir el camino convencional, léase matrimonio y un coche. Similar en la actualidad si sumamos el ingrediente secreto: internet.

2. Todo lo que necesitamos

…es un par de cigarros, una taza de café y una buena conversación. Tú, yo y cinco dólares.

Por supuesto eso no es cierto, a menos que seas extremadamente romántico e ingenuo, o cínico como Troy: el típico chico listo, ávido lector con delirio de filósofo que siempre tiene la cita adecuada para el momento, cuyo compromiso nulo con la sociedad lo hacía vivir fuera de la realidad, si por realidad entendemos tener un trabajo, pagar la renta, ser un ciudadano honorable. Él hallaba placer en los detalles como en una quarter pounder, el cielo diez minutos antes de llover o el instante en que una risa se convertía en carcajada.

De hecho, sobre la frase de Troy, lo que sí necesitamos es relajarnos un poco y dejar de angustiarse por el futuro, rendirse al momento aunque sea increíblemente fugaz. La sociedad siempre le ha quedado a deber a cualquier generación, en cualquier época, eso no debe ser ya una tragedia. Por eso al final se logra un equilibrio entre la ansiedad de Lelaina y la despreocupación de Troy, cuando ella le dice sobre su forma de huir de la “realidad”:

Bienvenido al mundo de la madurez emocional. Es de verdad un lindo lugar para visitar. Oye, podrías encontrarte a Michael, él vive aquí.

3. Ser tú mismo

Volviendo al mundo desalentador de Lelaina, esta es por defecto la lección común de casi cualquier película, pero es la mejor lección: aquí endulzada en la escena que los sacaría triunfalmente de la friendzone.

-Creía de verdad que iba a ser alguien a los 23.

Me gustaría destacar que la sinceridad de los personajes logra una legitimidad que se aprecia, vale la pena poner atención a cada diálogo porque contienen ideas muy auténticas, humanas.

4. La respuesta es:

La película es una serie de interrogantes que esperan respuesta, el error común es hacer la búsqueda en lugares incorrectos. Más de una vez los personajes se orientan a escuchar lo que quieren escuchar, dejándolos insatisfechos porque la realidad es, de hecho, dura y nada complaciente. Al final, la respuesta es que no hay o no la sabemos. Mientras la encontramos, el culto al consumo y la televisión apuntan a que es, por lo pronto: la pizza.

Por último, recomiendo dejarse llevar por el toque grunge, el estilismo noventero y la incomprendida Generación X, aunque la nuestra tampoco se queda atrás. Estas son mis lecciones ¿cuáles son las tuyas?

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