Espectáculos

Cirugías gástricas para perder peso: bondades, riesgos y la realidad después de operarse

Anualmente se realizan más de 5 mil intervenciones para bajar de peso en nuestro país, en especial a mujeres que no logran controlar su impulso por comer. Más que la solución definitiva, es el comienzo de una vida donde debe primar la alimentación saludable y el ejercicio constante.

 

Imagen foto_0000002320131128084840.jpg

Por Carolina Palma F.

«Desde que tengo recuerdo fui gorda, aunque subí paulatinamente de peso hasta los 28 años. Pesaba 135 kilos, con 1,73 de altura. Tenía resistencia a la insulina, problemas en las rodillas, caderas, espalda, tobillos. Hasta que me realicé un bypass gástrico, con el apoyo de un equipo multidisciplinario del Centro de Tratamiento de la Obesidad (CTO), de la Red de Salud UC. Lo más difícil fue luchar con mi pareja, que era igual de obeso. Estaba a dieta y él llevaba comida chatarra a la casa. Gracias al apoyo del CTO pude hacerlo, porque nos enseñó la comida que teníamos que hacer; un mes antes de la cirugía sabíamos qué íbamos a comer, por cuánto tiempo», comenta Sue Hellen Godoy, uno de los casos más emblemáticos del programa «Sueño XL», exhibido el año pasado por Canal 13.

Recomendados

Hace dos años se realizó la operación; hoy, con 30 años, pesa 65 kilos y mide 2 centímetros más porque asegura que sus vértebras se descomprimieron. Cree que un plus para lograr este objetivo es que se encuentra en cuarto año de sicología, entonces supo cómo preparar su entorno para no aumentar la ansiedad. Además empezó a desarrollar más actividades, como ir al gimnasio, realizar manicure a domicilio, en la tarde dejaba listas las verduras para el día siguiente. «Uno debe utilizar su tiempo para no pensar, porque cuando dejas mucho espacio vacío, compensas todo con la comida, te sentarás a ver tele y comer».

Antes realizaba ejercicio por periodos, un mes y lo dejaba, pero cuando comenzó en este proceso tenía que ir por obligación al gimnasio. Después le «tomó el gusto» al ejercicio físico, y ahora es entrenadora personal de TRX. «Esto es de por vida, porque si no me cuido, engordo. Internalicé rápido eso, porque sino todo tu esfuerzo se va a la basura. Además de TRX, practico natación el fin de semana, salgo a correr día por medio. Actividades que realizo acompañada de mi marido, quien también bajó mucho de peso».

Con su nueva figura se siente más bella, junto con aumentar sus posibilidades de quedar embarazada, porque antes sufría de resistencia a la insulina y ovario poliquístico, muchas veces provocado por la obesidad. ¿Qué come ahora? Todo en porción normal, del tamaño de un plato de pan, y cada 4 horas para mejorar el metabolismo. Nada de azúcar por el bypass, porque puede generar problemas, así que aprendió a realizar pasteles, tortas, kuchenes y alfajores sin azúcar. «No volveré a engordar. Toda mi ropa de obesa la boté o regalé. Me prometí a mí misma que no la usaría nunca más», asegura Sue Hellen.

PAÍS DE OBESOS

Ella es un caso exitoso de una problemática que afecta a la gran mayoría de la población, en diversas proporciones. Si nos remitimos a la infancia, según las últimas cifras del Ministerio de Educación, el 10,3% de los niños menores de 6 años sufre de obesidad. Para dimensionar esta realidad, resulta necesario destacar que el porcentaje de Estados Unidos, país donde existen más menores obesos, es de 13%… Estamos bastante cerca.

Ya en adultos no es sorprendente que más del 67% de los chilenos suframos del exceso de peso. Esto según la última Encuesta de Salud que se realizó hace más de dos años, así que seguramente esta cifra aumentó. Es más, hace pocas semanas supimos que somos el país con mayor prevalencia de diabetes en Sudamérica. Es que el aumento del consumo de azúcar y alimentos procesados deben pasar la cuenta…

Para terminar con esta «epidemia», organismos gubernamentales han desarrollado programas de prevención, como «Elige Vivir Sano», y ahora se suman iniciativas privadas, como Fundación Obesidad. «Partió por un grupo de pacientes que quedaron contentos después de la operación, y se motivaron para ayudar a otros. Aparecieron donaciones básicas, llevamos dos años armándola y ahora parte una campaña para recaudar fondos, especialmente de empresas, para proyectos que se relacionan con investigación, prevención y tratamiento. Nuestro trabajo en ‘Sueño XL’ lo entregamos a través de la fundación y Red Salud UC», cuenta el doctor Camilo Boza, cirujano digestivo, quien revela que estamos en el tercer lugar, después de Estados Unidos y México, como país con más obesos en el mundo. Si bien no se ven los grandes pesos corporales que hay en Estados Unidos, la media es muy alta.

Las operaciones para combatir la obesidad son especialmente para quienes no les han resultado las dietas o un cambio de hábitos, y quienes mantienen un porcentaje de grasa alto o sufren de enfermedades asociadas. Las que más se usan son el bypass gástrico y la banda elástica –la menos invasiva– que han demostrado tener buenos resultados con un riesgo muy bajo. El doctor asegura que la mayoría de los pacientes que se operan se encuentran entre los 35 y 40 años, se operan más personas mayores y más jóvenes.

«El departamento de Cirugía Bariátríca  de la Sociedad de Cirujanos de Chile contabiliza un poco más de 5 mil operaciones de este tipo al año. El aumento de cirugías no es la alarma, sino que hay más obesos. Esta patología no está cubierta por el auge, pero las aseguradoras han estado abiertas a cubrir la operación, lo que no ha pasado en otros países. Eso ha permitido que en Chile aumenten las operaciones. Es uno de los países que más tiene la penetración de la cirugía de la obesidad en el mundo, mucho más que Estados Unidos proporcionalmente, donde se hacen 350 mil operaciones al año».

La conciencia de todos es mayor, pero de todas formas se extiende esta problemática. Qué nos pasa si ya sabemos que un obeso vive menos y la calidad de vida es menor por enfermedades como la diabetes, hipertensión, problemas al corazón, y ahora el cáncer. «Los estudios a personas obesas que se operaron, versus las que no se operaron, han demostrado que uno de los grandes diferenciadores han sido la aparición de distintos tipos de cánceres, que tiene que ver con inflación crónica, permanente, que genera la obesidad en todo el organismo. Es como estar expuesto al sol todo el día. La alimentación es muy mala, pero el aumento de la grasa en el cuerpo genera que el organismo se inflame, el hígado, por ejemplo», dice el doctor Boza.

Para nuestra lamentación, en general, las mujeres sufrimos más de obesidad y nos operamos más, quizás poque disfrutamos de más conciencia de nuestro cuerpo por la presión social. Para qué vamos a mentirnos, un hombre con panza no afecta tanto, y es casi esperable, pero eso no significa que sea más saludable.

Sigue > >

 

Tags

Lo Último


Te recomendamos