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Susana Navarro
Profesora, directora de la Escuela Presbiteriana El Salvador, Peñalolén, donde el índice de vulnerabilidad de los estudiantes es de 85,5%. El 2012 la escuela fue reconocida por el Mineduc como una de las 25 escuelas con menor acoso escolar dentro de 11.000 establecimientos educacionales del país. Y según el SIMCE 2012, están 20 puntos por sobre las escuelas del mismo grupo socioeconómico.
«Quise crear una escuela que se transformara en el lugar más lindo del mundo para mis alumnos, una escuela que les ama incondicionalmente, que les forma para la vida en comunidad y que cree en sus capacidades. Por eso les brindamos las mejores oportunidades de aprendizaje, con el firme propósito de que cumplan sus sueños. En esta tarea me ha apoyado incondicionalmente mi familia, y cuento con un equipo de profesores y asistentes admirable, quienes también se han entregado con toda la pasión y amor por este sueño. Haber sido pre-seleccionada para este premio es una gran bendición de Dios, es creer que los milagros existen, y que la historia que hemos construido desde lo anónimo ha dado su fruto».
Anita Cox
Enfermera oncóloga, en 1998 fundó la corporación «Yo Mujer», destinada a dar apoyo emocional y educación sobre la enfermedad a las mujeres con cáncer de mama y sus familias.
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«Mi inspiración para participar en la formación y mantención de la Corporación fueron las pacientes con cáncer de mama. Las múltiples necesidades de ellas y sus familiares nos motivó a crear instancias en donde pudieran satisfacer dudas, juntarse con otras, conversar sus miedos, crear redes de apoyo. No sentirse solas y únicas, con un lugar físico donde recibieran herramientas para vivir de mejor manera el hecho de tener cáncer de mama. Siento que soy parte de un equipo que hizo suya una causa, donde la generosidad ha sido un valor importante: somos muchas mujeres al servicio de las mujeres. Ser finalista de este premio significa la posibilidad de difundir aún más nuestra labor, para que podamos llegar a más mujeres que están viviendo la experiencia de tener un cáncer de mama».
Angélica Briones
Trabajadora Social, creadora del «Club Deportivo Cuevas», dedicado al BMX Free Style (saltos en bicicletas sobre rampas); incorporó conceptos como alimentación saludable, cuidado del medioambiente, reciclaje, y recuperó espacios públicos para los jóvenes de su barrio.
«La posibilidad de ejercer mi carrera en el tema infancia me hizo comprender la necesidad de elaborar propuestas concretas y de dar la oportunidad que yo tuve a otros niños, niñas y adolescentes. Cuando ves cómo van creciendo con una visión menos individualista y son capaces de ver al otro, se ponen metas y se esfuerzan en lograrlas, te das cuenta que a pesar del cansancio, tu trabajo vale la pena. Mis principales apoyos son mi pareja, mis mejores amigas y mi familia, quienes participan y apoyan cada una de las actividades que realizamos, desde donar un queque, hasta ordenar y cargar las rampas. El que se reconozca públicamente a través de un premio permite ver que el trabajo realizado no sólo es valorado por quienes te rodean, sino por más personas, lo cual permite difundir el mensaje y el espíritu de la iniciativa».
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