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Por Carolina Palma F. Fotografías: Constanza Domínguez. Agradecimientos a LAN (*) y Sernatur Magallanes.
Punta Arenas es la capital de la región de Magallanes y la Antártica Chilena, queda al fin del mundo, y usualmente uno se congela, aunque ya no cae tanta nieve como antes. Allá debes besar el pie del indio patagónico para volver algún día; desde ahí se visitan las famosas pingüineras a partir de noviembre, y es la entrada para visitar el Parque Nacional Torres del Paine. Los más de 158 mil magallánicos, con su bandera azul, amarilla y blanca de fondo, se reconocen por su regionalismo, debido a nuestro centralismo extremo, por lo demás.
Todo eso uno sabe de Punta Arenas sin conocerla, pero la verdad es que quedamos cortas de información. Cualquier época es adecuada para visitarla, pero para muchos en pleno invierno es ideal, y sus promotores así se empeñan en recalcarlo. Toda la razón. Beatriz Castro es santiaguina y vive hace más de 10 años en Magallanes. Ahora es guía de kayak, y recomienda esta estación por infinitas razones. «La cantidad de turistas es menor, los precios más asequibles. Los días son más cortos, pero a cambio se puede disfrutar del amanecer cerca de las ocho de la mañana (en verano es a las 4 am); la estación de viento es en verano, entonces es más complicado andar en kayak, y los colores del invierno son increíbles. En verano la luz es más blanca. Y para los buenos para comer, la centolla y los erizos se extraen en esta temporada, así que están fresquitos». ¿Quedó claro?
Desde 1996 se realizan «las invernadas», que coincide con la celebración del We Tripantu –Año Nuevo mapuche– y que termina el 4 de agosto con un festival folklórico. Pese al frío, a los habitantes les gusta disfrutar de su Carnaval de Invierno con diversas actividades. La más «loca», el chapuzón de cientos de valientes en el Estrecho de Magallanes, aunque llueva, nieve o truene…
Este año no nevó, pero con una sensación térmica de -5º, más de 20 mil personas disfrutaron de un carnaval real. De esos que nos gustaría tener en Santiago, sin problemas de seguridad y con tanta alegría que contagia a los estresados santiaguinos. Con competencias deportivas, elección de reina, grupos de baile, mujeres y hombres con poca ropa, cantos, disfraces, murgas, carros alegóricos (infaltable el de «Era del Hielo») y bastante humor. Tanto que uno se pregunta «¿saben que hay 5 grados bajo cero?».
Si nos centramos en el turismo, reconozcamos que muchos vamos directo a Puerto Natales y perdemos la oportunidad de disfrutar de su hospitalidad. Nunca más, ¿ya?
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En Punta Arenas, lo primero que llama la atención es la arquitectura de las casas, en estilo neoclásico francés –la mejor panorámica se obtiene desde el cerro La Cruz– y el Cementerio Municipal Sara Braun con sus mausoleos, tumbas y fina ornamentación, inspirada en los parques ingleses. Sin engañarte, las formas perfectas de los cipreses canadienses, cuidados en extremo, dejan sorprendidos a todos y dan ganas de perderse en este lugar que de tétrico no tiene nada.
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