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Por Carolina Palma F.
¿Cuántos computadores has tenido? ¿Y teléfonos, televisores, electrodomésticos? ¿Dónde fueron a parar? ¿No sabes? Lamentablemente, la mayoría de nosotros tampoco. Se cree que en el mundo se generan hasta 50 millones de toneladas de basura electrónica anualmente, la nueva basura del siglo XXI (e-waste o WEEE en inglés), que iría a parar a conocidas «ciudades vertederos» de Asia y África. Se ha prohibido en algunos sitios, pero se camufla bajo la denominación de «reparaciones» o «reciclaje».
Para nadie es novedad que cada día ocupamos más aparatos electrónicos, que sumado al consumo exagerado de otros productos, vuelven a nuestro mundo un caos. Celulares, smartphones, cámaras de video, videojuegos, computadoras, tablets, impresoras, equipos de audio, artículos para el hogar, juguetes deportivos, aparatos de alumbrado o médicos, etcétera.
El Ministerio del Medio Ambiente estima que cada chileno genera 1,3 kilos de residuos al día, lo que se traduce en 6,5 millones de toneladas anuales de residuos sólidos municipales, de los cuales se reciclan menos de un 10%. La cantidad de basura sería mayor al promedio de los países de Latinoamérica y El Caribe. Aunque la idea sería reciclar todo, porque a la larga contamina, la basura electrónica lo hace mucho más debido a sustancias tan nocivas como el bromo, fósforo, plomo, cobalto o mercurio que tienen las partes entre sus componentes, las que dañan el medioambiente y nuestra la salud. ¿Dato? Se cree que el fósforo puede contaminar 80 mil litros de agua.
Según proyecciones del Banco Mundial, los residuos sólidos urbanos aumentarán en un 70% para el 2020 y, por supuesto, los residuos electrónicos son los que más crecen. En nuestro país el panorama sigue la misma tendencia. Como estiman en la empresa Recycla, en Chile se producen alrededor de 15 mil toneladas al año de basura electrónica, y sólo el 10% de ella se reciclaría.
TRES «R»
Quizás la mayor transformación de estas últimas décadas es que renovamos los artículos del hogar constantemente por uno mejor, tarea difícil y costosa. Por ejemplo, el famoso celular. ¿De verdad necesitamos cambiarlo tanto? La Subsecretaría de Telecomunicaciones aseguró que la telefonía móvil activa llegó a los 24,1 millones de aparatos en diciembre de 2012, es decir, un promedio de 1,38 por cada chileno.
Ahora bien, en esta ocasión no ahondaremos en que los aparatos (desde móviles hasta electrodomésticos) tienen una fecha de caducidad de fábrica… Es decir, nos obligan a cambiarlo cada cierto tiempo para incentivar el consumo… Así funciona la industria. Pero igual es importante tomarse de este punto para recordar las 3 R, porque ya es hora de ser más concientes de la basura que provocamos, del destino final, y no culpar «al otro», al Gobierno o a quién tengamos delante de todos los males que nos aquejan. Reducir, es decir, intentar usar sólo los artefactos necesarios, cambiarlos cuando realmente sea imprescindible, disminuyendo así la basura. Otra opción es Reutilizar, regalándolos o donándolos a instituciones, o Reciclar, llevándolos a puntos específicos.
EMPRESAS CLAVES
Ahora, un nuevo, positivo y rentable negocio es reciclar los aparatos que contienen valiosos materiales. Una de las empresas más reconocidas es Recycla Chile, un emprendimiento social que busca transformaciones innovadoras y financieramente sostenibles que apunten a resolver problemas sociales. Así se proponen ser un emprendimiento líder en sustentabilidad y reciclaje, desarrollando un modelo de gestión sustentable para las empresas, pero también para casas particulares. Reciclan alrededor de 2.000 toneladas por año, y esperan aumentar un 20% este 2013.
Según Claudia Vidal, jefa de marketing de la empresa, los chilenos generamos sobre 10 mil toneladas, una cifra mayor al resto de la región por el hecho del mayor ingreso per cápita, basado en proporción de habitantes, y ahonda en los daños para la salud humana. «Los residuos electrónicos de los equipos informáticos generan una serie de problemas específicos. Son tóxicos debido a que incluyen componentes tóxicos como el plomo, el mercurio y el cadmio. También llevan selenio y arsénico, entre otros. Cuando estos compuestos son fundidos liberan toxinas al aire, tierra y agua. Existen diversos daños para la salud y el medioambiente. El mercurio produce daños al cerebro y al sistema nervioso; el plomo potencia el deterioro intelectual, ya que tiene efectos perjudiciales en el cerebro y todo el sistema circulatorio; el cadmio provoca fallas en la reproducción y posibilidad incluso de infertilidad, entre otras cosas, y el cromo causa problemas en los riñones y los huesos».
La Fundación Todo Chilenter también es bastante reconocida, pero trabaja desde otro punto, porque se preocupa de la gestión integral de residuos computacionales. En sus 11 años de historia han reacondicionado más de 60.000 computadores. Consiste en recibir la donación de equipos computacionales que instituciones públicas y privadas dan de baja por distintos motivos; si esos equipos cumplen con el estándar, son reacondicionados, extendiéndoles así su vida útil. Si no cumplen con el estándar, pasan a la línea de valorización, que consiste en clasificar las piezas y partes, las que son enviadas a empresas de reciclaje nacionales e internacionales que se encargan de recuperar la gran mayoría de los metales, como oro, plata, cobre, entre otros.
¿Qué rescatan de artículos como un computador? Entérate que están compuestos por un 25% de componentes reutilizables; un 72% de materiales reciclables como plásticos, metales ferrosos, aluminio, cobre, oro, níquel, estaño, y un 3% de elementos tóxicos como el plomo y el mercurio. Con un óptimo tratamiento de éstos se evita la contaminación en los cursos de agua, suelo y aire. Además, mediante el reciclaje de equipos computacionales se recuperan metales preciosos, lo que se traduce en un ahorro de hasta un 80% de los costos que significa la producción primaria de los mismos a través de la minería tradicional.
Los equipos reacondicionados son entregados mediante préstamo a establecimientos educacionales y organizaciones sociales sin fines de lucro que no tienen acceso a tecnología. De hecho, el reacondicionamiento es considerado como uno de los pocos caminos existentes para disminuir la brecha digital. Pero, además, los establecimientos y organizaciones sociales que han recibido sus equipos, y tienen un proyecto exitoso, pueden postular a una renovación tecnológica, que consiste en devolver los computadores que ya no funcionan con el objetivo de reciclarlos y adquirir equipos acordes a sus necesidades, lo que se transforma en un ciclo virtuoso.
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