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Mujer que acusó a Mackenna y los peligros del “Síndrome de Pinocho”

Las razones por las cuáles habría involucrado al animador en este caso, aun no se saben, pero cercanos a la mujer han asegurado que se trata de una persona mentirosa patológica y que no es primera vez que inventaría un tema cómo este.

 

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María Soledad Fuentes es la mujer más famosa por estos días en Chile. Pero célebremente famosa, ya que se hizo conocida primero como víctima, al ser la mujer que acusó a Pablo Mackenna de haber abusado de su hija de sólo nueve años y luego se convirtió en una persona embustera y mitómana para muchos.

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Todo comenzó con el vuelco de este caso, gracias a la publicación en los medios de un video, que probaría la inocencia del conductor de televisión, ya que en él, se ve que Mackenna está por alrededor de 17 segundos al lado de la menor y nunca se nota algún signo de, o intento al menos, de abuso.

Ante esto, la mujer se convirtió en la verdugo, y más allá de cuestionarla por el hecho de tener a su pequeña sola, a las 2 de la madrugada en un casino, también fue tratada de delincuente y salieron a la luz algunos antecedentes judiciales y familiares que fueron desacreditando su figura y su versión.

Las razones por las cuáles habría involucrado al animador en este caso, aun no se saben, pero cercanos a la mujer han asegurado que se trata de una persona mentirosa patológica y que no es primera vez que inventaría un tema cómo este.

Pero ¿qué significa ser mitómana? ¿Por qué hay personas que mienten sin medir las consecuencias? Te contamos ahora de qué trata esta patología, que hace que muchos individuos se crean lo que dicen y trasciendan alguna teoría, sin medir las consecuencias.

EL SÍNDROME DE PINOCHO
«En una ocasión, cuando caí en un pantano, logré salvar la vida al tirar con fuerza hacia arriba de mi cabellera, izándonos a mi y a mi caballo, fuera de las aguas». Es la mentira más célebre, del más célebre de los mentirosos de la historia: el barón Karl Friedrich Münchhausen, cuyo apellido denomina a un síndrome consistente en fingir enfermedades o lesiones para ser tratado como enfermo.

Las increíbles historias de caza y guerra, que hace más de dos siglos contaba este barón alemán que afirmaba haber volado en balas de cañón, estado en la Luna o tenido criados que oían crecer la hierba o movían las ruedas de molinos soplando, son definidas hoy por la Psicología con nombre y apellido: mentiras patológicas.

Aunque en ciertos casos puede ser el rasgo más notable de la conducta de un individuo, la mentira patológica suele ser la punta del iceberg: la manifestación de una personalidad patológica, trastornos psicológicos o incluso problemas psiquiátricos, o bien la expresión de distintos conflictos o carencias emocionales.

 

Algunos falseadores patológicos son conscientes de su incapacidad para comunicarse con sinceridad pero no pueden controlar su conducta; otros no perciben sus engaños y habitan en un mundo irreal. Todos pagan un alto precio por inventar, deformar y exagerar la verdad: viven «vidas de mentira», pobladas de fantasmas, malestar y problemas que no solucionan.

LAS MIL CARAS DEL EMBUSTE.
Para algunos expertos, la historia de Pinocho (el muñeco de madera dotado de vida, cuya nariz crecía, delatándolo al mentir) quizá no se halle tan alejada de la realidad.

Cuando una persona miente, los vasos sanguíneos nasales se llena de sangre, de modo que su nariz se hincha y surge comezón en la punta, produciendo el impulso de rascarla, ha indicado un trabajo basado en el estudio de las señales verbales y corporales del ex presidente norteamericano Bill Clinton.

En todo caso, lo que sí está comprobado científicamente, es que existen diversas modalidades de mentira patológica, asociadas a distintas personalidades o a trastornos psicoemocionales.

Una de ellas es la mitomanía o pseudología (palabra falsa), que designa en un sentido amplio a las distintasformas de la tendencia enfermiza a contar mentiras o desfigurar la realidad, en un impulso que no se puede evitar (es compulsivo).


En un sentido más restringido, la definición de mitómano suele aplicarse a la fabulación consistente en inventar largos y ricos relatos y explicaciones, en una especie de regreso a la concepción mágica del mundo de los primeros años de vida. El mitómano rebusca entre sus recuerdos, experiencias emocionales para conmoverse al contar la mentira, reforzando su credibilidad.

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