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Por Karen Uribarri
Cuando Andrea conoció a Ramón pensó que el romance sería de por vida. Tenían problemas, claro, pero los consideraban «normales» y que una vez casados desaparecerían mágicamente. Duraron 4 años de pololeo y casados sólo 5. Tuvieron dos hijas. «Las mismas cosas de las que me quejaba yo de él durante el pololeo, siguieron durante el matrimonio. Pensé, tontamente, que las cosas cambiarían, que él dejaría un poco la vida nocturna y tanto club de Toby, pero la verdad es que no cachó que al casarse se daba un paso y se debían acomodar muchas cosas. Y yo me fui convirtiendo en una bruja irreconocible. Lo pasaba pésimo», cuenta Andrea, quien además reconoce que ambos sacaban las peores cosas del otro, en su máxima expresión… Finalmente terminaron su relación y no dieron paso atrás. ¿Qué los llevó a la separación a tan pocos años de casarse?
«He observado que existe una gran inmadurez hoy en día para enfrentar el compromiso del matrimonio», explica la sicóloga y terapeuta de parejas Katusa Nishihara, a lo que añade que «esta inmadurez hace que se aspire a una relación bastante idílica que me llene y me complete siempre, que me dé todo lo que me falta, me movilice, me mantenga entretenido, seducido, pleno y también con una buena cantidad y calidad de sexo siempre». Esto es algo que no se confiesa ni se admite, pero muchos viven en ese supuesto, y como la realidad dista mucho de esto, la gente desde muy temprano vive una frustración permanente en relación a su pareja. «Es esta misma inmadurez hace que la insatisfacción no sea explorada ni desarrollada, sino que se buscan mecanismos compensatorios (exceso de trabajo, infidelidad, absolutizar los roles parentales, etcétera), que a la larga son los que distancian a la pareja, haciendo que quede sólo un gran vacío entre ellos, lo que finalmente desgasta al punto que cualquier distractor de último minuto se convierte en la gota que derrama el vaso», dice la directora de terapiadepareja.cl.
En definitiva, y sin el ánimo de generalizar, las separaciones a los 5 años de matrimonio –según los especialistas– tienen mucho más que ver con un fracaso de los procesos de adaptación mutua, un ajuste de expectativas y, en algunos casos, hasta con una mala resolución de la adecuación con la familia de origen.
Hoy por hoy, las parejas creen que, si deben esforzarse tanto por lograr la felicidad, es que entonces no deben estar con su pareja y que la única salida posible es la separación. Sin embargo, la construcción de relaciones de pareja requiere de cuidados intencionales y constantes para que perduren en el tiempo.
Capacidad de adaptación, tolerancia, manejo de las expectativas, son habilidades clave a la hora de triunfar en una relación de pareja como es el matrimonio, sobre todo en la etapa inicial hasta el quinto año.
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