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Mejores orgasmos: aprende a ser la autora de SU placer

La sexualidad masculina esconde una amplia gama de sensaciones e intensidades. Sólo basta tener las ganas de mejorarlos y de descubrir las técnicas que podrían incluso llevarlos a tener multiorgasmos. Te mostramos cómo provocar un Big O en tu pareja con maniobras estimulantes que te convertirán en su mejor amante de por vida.

Por Karen Uribarri.

Gran parte de las mujeres creen que todos los orgasmos de sus parejas son iguales y que, por ende, no requieren de mucha técnica para hacerlos variar en intensidad y sensibilidad o incluso duración. Sin embargo, la realidad es otra. Los hombres, como nosotras, tienen un mundo de exploración sexual por descubrir y que les podría entregar clímax nunca antes vividos.

Por una parte son capaces de tener los clímax tradicionales provocados por la penetración y, por otra parte, pueden alcanzar orgasmos totales, cuya sensación de placer se apodera de todo su cuerpo como un Big Bang poderoso que va poco a poco, sin pausa pero lentamente, para luego originar como una ola de sensaciones que avanza por cada parte de su cuerpo y de su piel. Lo podrás reconocer por su extensión en el tiempo y por el suspiro pausado pero interminable de tu pareja.

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¿Cómo puedes volverlo loco en la cama?
Primero, abriendo tu mente e impulsándote a explorar nuevos tiempos, distintas formas y hasta mayor intención en lo que le haces.

Toma su intimidad como el tesoro mejor guardado de su cuerpo. Destina tiempo a conocerlo, a acariciarlo y descubrir qué pequeña zona lo hace suspirar. Parte delineando el camino con la yema de tus dedos y sigue con la punta de tu lengua. Mientras lo hagas, cierra los ojos o míralo directamente, para que vea que también lo estás disfrutando. No hay nada más desalentador para un hombre que ver a su pareja haciendo las cosas por obligación o compromiso. Entonces, desconéctate y enfócate en provocarle placer.

Rodea la zona que él muere porque toques. Haz todo en torno a él pero sin siquiera rozarlo. Eso lo ayudará a elevar la oxitocina, sustancia que fluye en el cerebro durante el orgasmo, y que le elevará la temperatura deliciosamente.

Mientras practicas el sexo oral, usa mucho tu lengua y paralelamente acaricia sus testículos y perineo (parte posterior de la bolsa escrotal). Si quieres puedes terminar la faena o bien puedes invitarlo a disfrutarlo contigo.
Lo ideal es que lo hagas aguantarse lo máximo posible, para que la explosión sea en grande.

Voyerismo

El deseo masculino es tan visual que esto no lo dejará indiferente. Despierta su lado más porno sacándote la ropa interior y ‘casualmente’ dejándoselo saber. Quizás con vestido o una falda, cual escena de ‘Atracción Fatal’ que en un solo cruzar de piernas, alcance a ver que no llevas nada puesto. Luego, cuando te descubra, auto complácete y que te mire. Eso, sin duda te excitará, pero te prometemos que a él muchísimo más. Pero dile que la regla es ‘mirar pero no tocar’.

¡Stop!

Juega con sus tiempos. Cuando estén ya en el coito y veas que él está acercándose al clímax, cambia de posición. Eso retardará la eyaculación, pero dejará que siga aumentando la acumulación de sangre.

Otra forma es practicar la posición de la mujer arriba y cuando veas en su rostro que está en un punto de no retorno, te inclines un poco hacia atrás y acaricies los testículos, estirándolos suavemente hacia abajo. Este tirón debe ser firme pero delicado (recuerda que es una zona que puede pasar del placer al dolor). De esta forma se contrae el perineo y se provoca una eyaculación más intensa.

Sigue, sigue, no pare
Luego de una larga sesión de juegos y cuando la excitación alcance niveles elevados, invítalo a una penetración acalorada. Bésale el cuello, pásale la lengua por el lóbulo de la oreja, dile c0sitas al oído, agítate… El deseo lo consumirá, hasta que finalmente no pueda aguantar más. Sin embargo, cuando explote, no dejes que termine el juego. Sigue acariciándole suavemente, bésalo y recalienta los motores. ¿Que no te deja? Tranquila, esto no podrás hacerlo siempre. Requiere que él esté más descansado (¿quizás un fin de semana o en las vacaciones?) y que el encuentro sea muy hot. Entonces, ayúdalo a reconectarse con la excitación y vuelvan a comenzar. Su erección no será tan firme como la primera, pero será lo suficientemente necesaria para provocarle inmediatamente un segundo orgasmo, distinto al primero tanto en intensidad como en forma.

Por último, el perineo

Y para finalizar, puedes acercar tus manos a zonas esencialmente erógenas, como es el perineo. Éste se encuentra entre los genitales y la zona anal, y contiene miles de terminaciones nerviosas que provocan mucho placer al ser acariciadas. Y si notas que lo disfruta en demasía, sigue lentamente hasta el ano, que es muy erótico y sensible para ambos sexos, ayudando incluso a la obtención del orgasmo si se masajea de manera simultánea con el pene o, en el caso contrario, con el clítoris. «Muchos no aceptan que su pareja heterosexual los estimule en la zona anal (¿temor a que les guste y eso despierte fantasías homosexuales?), los bese en las nalgas o en las tetillas. Cuando se lo permiten disfrutan plenamente logrando altos picos pasionales», reafirma el sexólogo y siquiatra argentino, Adrián Sapetti.

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