
Es la noche más alegre del año y ese festejo dura cinco dìas en la India. Durante este periodo la magía envuelve a los habitantes y se renuevan todas las energías.
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Se trata del Diwali (también Divali, Deepavali o Deepawali), una fiesta religiosa conocida también como el «festival de las luces», que celebran miembros de varias religiones en India, como el hinduismo, el sijismo y el jainismo.
Durante el Diwali, celebrado una vez al año, la gente estrena nuevas ropas, comparte dulces y hace explotar petardos y fuegos artificiales. Es la entrada del nuevo año hindú.
Se trata de una de las noches más alegres y significativas del año, dedicada a la diosa Lakshmi, consorte del dios Vishnú, que otorga la la prosperidad y la riqueza. También el dios Ganesha es especialmente venerado ese día, protector del hogar.
Para esta época, cuya preparación comienza unos días antes, las casas se limpian y se adornan con lámparas de aceite o velas que se encienden al atardecer.
También se preparan platos especiales y se intercambian regalos con las personas más cercanas y los familiares.
Este es el momento para renovar las cuentas, pintar la casa y decorar el hogar, junto con prepararse a recibir el año entrante.
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Para festejarlo se debe instalar un altar en un lugar especial de la casa, donde este presente una imagen de Lakshmi, a quien se le puede ofrecer flores, incienso y monedas.
Esta festividad de reflexión, simboliza la liberación de la oscuridad en la que está envuelto el hombre, luego de la batalla de purificación de la mente e iluminación del alma, siendo la victoria del bien sobre el mal el resultado final.
Pero al anochecer llega la magia, cuando se abren todas las ventanas y puertas de las casas y en cada una de ellas se realiza un ofrecimiento de luz con una lámpara de aceite o una vela, repitiendo el mismo mantra, para que Lakshmí entre para el resto del año.
También se lanzan barcos de papel o lamparillas encendidas a los ríos sagrados, cuanto más lejos vayan, mayor será la felicidad en el año venidero y se elaboran unos diseños llamados manorā, que son unos dibujos hechos en las paredes y que se adornan durante el festival.
El simbolismo de la fiesta consiste en la necesidad del hombre de avanzar hacia la luz de la Verdad desde la ignorancia y la infelicidad, es decir, obtener la victoria del dharma (la virtud) sobre adharma (falta de virtud).