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Las Halconas de Felipe: De admiradoras a constructoras de un “legado”

Se conocieron después de la muerte de Felipe Camiroaga, y nació entre ellas una amistad y las ganas de utilizar el cariño que sentían por el animador en algo que valiera la pena. No les importan las burlas de muchos, que no entienden su devoción por el fallecido comunicador; sólo saben que lo extrañan, lo lloran, y por eso trabajan para mantenerlo vivo en sus memorias, y en las de la gente a quienes ayudan.

Era la Nochevieja cuando una de las «Halconas» decidió que quería estar con una persona muy importante para ella. Fue así como dejó todo y se fue hasta el Parque del Recuerdo, a esperar el nuevo año junto a la tumba de Felipe Camiroaga. La familia en ese momento pasó a un segundo plano, y aunque muy pocos entendieron su decisión, al menos ella fue feliz.

La historia es para no creerla, pero la verdad es que muestras de cariño como estas realizan a diario un grupo de mujeres que se conoció tras la tragedia de Juan Fernández, y que desde la muerte del animador no se han separado.

Se trata de «Las Halconas de Felipe», agrupación que partió con poca fuerza pero que ya tiene 5 mil seguidores en Facebook, contacto con gente en el extranjero y que está en proceso de convertirse en una ONG cuyo fin es ayudar a los más necesitados, a los mismos que –como ellas dicen– auxiliaba su ídolo en forma totalmente anónima.

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Flor Galleguillos, una de las fundadoras, cuenta que fue el 8 de octubre de 2011, día del cumpleaños de Camiroaga y cuando había pasado poco más de un mes desde su fallecimiento, que decidieron hacer algo más con sus vidas. Todas son mujeres muy distintas; algunas dueñas de casa, otras trabajadoras en diversas profesiones, pero que tenían en común el cariño por su inspirador, «El halcón de Chicureo».

«Nos juntamos y, sin conocernos, llegamos todas las que estamos hoy en el grupo a saludar a Felipe y llevarle flores. Fue en ese lugar, a los pies de su tumba, donde acordamos juntarnos nuevamente, para tratar de hacer un grupo y seguir su legado. Al mes después volvimos a encontrarnos y acordamos crear lo que ahora está en camino de ser una ONG; abrimos una cuenta en Facebook que tiene más de cinco mil personas, incluso gente del extranjero y a lo largo de Chile, que está en contacto con nosotros», cuenta Flor.

Ella es la presidenta de esta agrupación donde «hay algunas que se sienten viudas de Felipe, otras que lo tratan como hermano, el hijo, el nieto. Hay diferentes sensaciones, pero el sentimiento es grande. Incluso nosotros pensamos que con el tiempo se iba a ir apagando, pero no, continúa. Vamos a TVN y se nos paran los pelos, nos da esa cosa en la guata por no verlo y no tenerlo ahí».

Ellas quieren volar

Todas estuvieron de acuerdo en algo: no querían hacer un grupo tipo Fans Club, en el que sólo se recordara al animador o hablaran de todas sus bondades. Querían algo más, y lo fueron descubriendo a medida que los reportajes sobre la vida de Felipe aparecían en la prensa, mostrando el «lado B» del animador, la persona anónima que ayudaba a muchos, desinteresadamente. Fue así como decidieron que ellas seguirían «el legado» de su ídolo, y continuarían realizando las tareas qué él dejó inconclusas.

«Fue en el cumpleaños de Felipe cuando surgió esta idea. Dijimos ‘las Halconas de Felipe‘, el nombre surgió al tiro, y comenzamos a hacer las reuniones al aire libre, porque no teníamos nada en ese momento. Nos juntábamos en el cementerio. Todo se fue formalizando y poniendo en orden y así comenzamos a ir a distintos eventos. Fuimos cuando se llevaron las cenizas a Villa Alegre y llevamos algunas cosas al jardín «Petetín» que apadrinaba Felipe. Hemos ido varias veces para allá, y acá en Santiago también hemos tenido otras actividades, como visitar el hogar Santa Clara; para la Navidad pasada llevamos muchos juguetes a todos los niños», cuenta Sara Briceño, otra de las fundadoras; ella ve en Felipe como a un hermano que se fue, y a quien extraña mucho.

Los desafíos son varios, y la idea es llevar ayuda a los máximos lugares posible, pero lo que más las mueve es el cariño que dicen sentir por el animador; por lo mismo realizan todas estas actividades, como una forma de aminorar el sufrimiento que quedó en muchas de ellas con la partida del comunicador.

Los pasos a seguir, en lo inmediato, son terminar todos los trámites para tener la personalidad jurídica y que sea oficialmente una ONG; están a un paso y ya firmaron los cincuenta integrantes, que aparecerán oficialmente en la lista.

Luego, a seguir trabajando. Pretenden realizar una campaña un poco mayor que la del año pasado, para poder conseguir una cantidad importante de dinero y donarla a la Teletón 2012; también entre sus desafíos está seguir apadrinando a hogares o jardines infantiles, y llevar regalos de Navidad a los niños más necesitados.

Los recursos, eso sí, son escasos, ya que sólo se están financiando con lo que juntan en las reuniones, las cuotas y las rifas que realizan, pero aseguran que de a poco pretenden lograr todas sus metas.

También hay un grupo de «Halconas de Felipe» en Argentina, con quienes se han mantenido en contacto, y reciben siempre apoyo desde el extranjero. Si bien hoy no pueden recibir más miembros en la ONG –ya que sólo se les permitió la adhesión oficial de 50 personas– sí se sigue sumando gente al Facebook (Las Halconas de Felipe Humberto Camiroaga Fernández ) para, a través de esta red, poder participar en las acciones de las «Halconas».

La reacción de las familias

«No tratamos de llenar el vacío, porque en realidad el vacío que nos dejó no lo llenamos con nada, pero lo hacemos para aminorar el dolor que sentimos, porque es un dolor muy grande, es algo inexplicable. Muchas veces conversamos entre nosotras que cuando prendíamos el televisor en la mañana, lo primero que veíamos era a él. Él era el intruso que se metía en tu casa, te hacía reír, era el amigo y te acompañaba todas las mañanas. Hoy es muy difícil prender el televisor y no verlo, no escuchar su voz», cuenta Flor Galleguillos, quien a pesar de saber que quizás muchos no la entienden, no se preocupa.

Erika Poblete cuenta que ella se encontraba en silla de ruedas, en plena recuperación de una fractura, cuando ocurrió el accidente de Juan Fernández y no pudo asistir a ninguna de las actividades recordatorias que se realizaron en honor a los fallecidos. Le dolió, y lo lamenta hasta el día de hoy. «Vi todo por televisión con una pena terrible, y no me podía acercar donde ellos tenían las reuniones. Lloraba a mares, hasta que pude levantarme e ir al primer encuentro en la casa de Flor, y luego al Parque del Recuerdo a compartir con ellas. Nosotras veíamos como él entregaba simpatía todas las mañanas. Era su simpatía, su atractivo, carisma y criterio lo que me gustaba de Felipe. Era una compañía, y no sólo para la dueña de casa; he conversado con muchas mujeres, hombres, niños, jóvenes que lo veían en las mañanas y en los programas que hacía en la noche».

Pero, ¿qué ocurre con la familia cuando uno de sus miembros dedica tanto tiempo de su vida a recordar la figura de un personaje público? Muchas de las integrantes reconocen haber sido cuestionadas, pero la mayoría cuenta hoy con la comprensión de sus hijos y parejas. Algunas, incluso, han logrado que sus seres queridos se unan a las «Halconas», sumando algunos hombres a la causa.

«Los sentimientos son muy fuertes, y alguien puede pensar que estoy loca, pero cuando uno tiene problemas en la casa, en la familia, y te metes al computador y ves un video y lo escuchas y lo miras (….) Te calma. A veces estoy bajoneada porque sé que no lo veré más, no podré darle la mano, pero subir un video calma el dolor, lo aminora. Nosotras nos juntamos, conversamos, reímos, y pensamos que él también se está riendo con nosotras. Además, estar haciendo cosas que él haría, aunque no con tanto dinero porque sólo usamos lo que juntamos con las rifas, nos gratifica», cuenta una emocionada Flor Galleguillos. «Que llore cuando veo un video, o que en el rincón de mi cama tenga dos imágenes grandes de Felipe, hace que mis dos hijos se preocupen, pero les digo que estoy bien y que soy feliz con esto, con prender un incienso, una velita (…) Soy la persona más feliz del mundo recordando a Felipe».

«Yo tengo marido y él me apoya plenamente en todo, hay mujeres que van con sus parejas, y ellos también son halcones. Esto es impresionante, nosotros vamos a recordar de por vida a este personaje, que fue muy cálido, un gran hombre, con mucha vitalidad. Podría estar todo el día dándote razones por las cuáles duele tanto la muerte de Felipe», explica Erika.

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