Si la idea es lograr los objetivos que te has planteado para tu carrera, no basta con realizar bien el trabajo y esforzarse. También son necesarias ciertas actitudes que te ayudarán a llegar adonde quieres.
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Citando a la publicación Inc.com –dedicada principalmente al coaching para emprendedores-, el sitio elconfidencial.com entrega un decálogo con las conductas que un trabajador o jefe nunca debería abandonar para llegar a alcanzar sus objetivos. ¡Atención!
1.- No culpes a los demás. Todos cometemos errores. En ocasiones, los empleados o compañeros de equipo no logran cumplir con las expectativas y, en ese caso, se debe analizar el problema para discernir qué parte de responsabilidad tienen unos y otros. Quizás, no se proporcionó la capacitación suficiente o se haya exigido demasiado en poco tiempo. Asumir la responsabilidad de un error, en lugar de culpar a los demás, no es una actitud masoquista. Más bien, implica una mayor concentración para realizar el trabajo de la mejor forma posible.
2.- No fanfarronees. Nadie consigue el aprecio de los demás ni una mejor valoración en los negocios por el simple hecho de aparentar materialmente. Ni la marca de la ropa, ni el auto, ni siquiera los títulos servirán para mejorar. La honestidad es uno de los primeros pasos para conseguir triunfar, tanto en la vida como en el trabajo, y sólo se llegan a formar relaciones de confianza cuando no se intenta impresionar a los demás. Siempre hay que ser uno mismo.
3.- No te aferres a lo que ya tienes. La inseguridad y la incertidumbre nos vuelven conservadores y hacen que nos aferremos a lo que ya tenemos o sabemos. Para lograr alcanzar las metas es preciso soltar amarres, arriesgar y luchar por lo que realmente se quiere. Incluso, si no se logra tener el éxito buscado, el propio acto de intentarlo hará que nos sintamos mejor con nosotros mismos.
4.- No interrumpas. La interrupción no solamente es una grosería que se debería evitar en cualquier contexto, sino que implica una serie de consecuencias más trascendentales, como la incapacidad para escuchar, la falta de interés o la intención de coaccionar a los demás antes de que hablen. Lo más recomendable, tanto por el bien propio como por la imagen mental que los demás se harán de nosotros, es concentrarse en lo que nos digan y hacer las preguntas necesarias para asegurarse que lo entendemos todo.
5.- No te quejes. Lamentarse de los problemas sistemáticamente no te hará sentir mejor, sino todo lo contrario. Si algo está mal, no pierdas el tiempo quejándote, sino que esfuérzate por mejorar la situación. En lugar de pensar sobre las dificultades, piensa en cómo puedes superarlas.
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