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Pasadas las 21:00 hrs apareció la diva en el escenario. Con un traje plateado brillante, característico de su tour Femme Fatale, comenzó su espectáculo con “Hold it against me”. Inmediatamente parte del público compuesto por jovencitas fanáticas de las nuevas canciones de la cantante, gritaban como locas ante la presencia de Britney, pero la otra parte de los que pagaron la entrada, esos fanáticos más adultos que vivieron su adolescencia al ritmo de “Sometimes”, miraba incrédulo de estar frente a su gran ídola.
En el set list abundaron las canciones de su nuevo disco -de 22 canciones, 9 eran de Femme Fatale- y sin duda los seguidores extrañaron escuchar completos los temas más conocidos como Baby One More Time o Toxic, canciones que quedaron agrupadas y resumidas a formato medley.
El concierto estuvo dividido en actos que comenzaban con partes de un cortometraje donde la diva aparece amenazada por un acosador. Estuvo bastante interesante esa manera de separar los cambios de vestuario y de escenografía que se complementó con un carro, plataformas y un columpio que la hizo volar por el escenario.
Uno de mis momentos favoritos fue el inspirado en Japón con kimonos, sombrillas y ninjas. Fue sin duda la mejor parte de su puesta en escena.
Pero no puedo negar que Britney a pesar de lo dicho antes entregó un espectáculo bastante plano, no mostró su gran habilidad para el baile y claro, con tanto playback tampoco pudimos apreciar su capacidad como cantante.
Fotos por Denisse Leigthon y Agenciauno.