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“Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver”. Esta es la frase que más resuena cada vez que un músico deja de existir antes de soplar las 30 velas. Hoy se suma otro miembro al trágico y mítico club de los 27, Amy Winehouse, hallada muerta en su casa de Londres presumiblemente, producto de sus adicciones.
Jimmy Hendrix (18 de septiembre de 1970), Kurt Cobain (5 de abril de 1994), Brian Jones (3 de julio de 1969), y la misma Janis Joplin (4 de octubre de 1970), que bajó el telón a punta de alcohol y heroína, son los nombres que más resuenan en el fatídico listado, todos con el número 27 como denominador común.
De alguna u otra forma, la muerte pareciera que ronda sonriente y caprichosa a aquellos que conforman el vertiginoso mundo del rock, en parte porque acostumbra a estrechar con firmeza la mano del ego, el glamour, y los excesos. En el caso de Amy, solo está por conocerse si la causa de su muerte quedará esclarecida del todo, o pasará a sentarse al lado de su socio Jim Morrison (3 de julio de 1971), cuyo fallecimiento permanece en el más completo y confuso enigma.
Buen viaje, Amy.