Espectáculos

Los Populares y Rodrigo Muñoz lanzan disco de cumbia neo social

Cuándo10 de septiembre a las 22:00Dónde La Habana Vieja, Tarapacá 755 Precio$4.000

Waldo González y Yerko Triviño en la composición y arreglos, Gonzalo Basualto en la percusión latina y Rodrigo Muñoz en los textos, forman esta banda, que pretende reflejar el sentir ciudadano en letras que hablan de los problemas con el Transantiago, la falta de oportunidades, la delincuencia juvenil y, por supuesto, el amor y el desamor.

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“En 2003 surgieron Los Populares con otra formación, cuando empecé a componer canciones con tendencias de la música latina; como salsa, cumbia, timba, candombe, fusionadas con la música chilena. Eso como vehículo de temáticas sociales”, dice Waldo González, guitarrista ideólogo del grupo.

El año pasado, justo cuando Los Populares originales se disolvieron, apareció Yerko Triviño, quien, luego de trabajar componiendo éxitos para Christell, María José Quintanilla y Mario Guerrero, entre otros, estaba alejado de la música y estudiando derecho. “Conocí a Waldo en la Escuela Moderna de Música, y el año pasado me lo reencontré con Los Populares. Lo escuché y sentí que se conectaba con lo que yo estaba haciendo. Lo mío urbano y contingente, lo suyo latino pero igual contestarlo. Lo llamé y le propuse que fusionáramos ambas tendencias”.

Cuando Triviño y González ya estaban conectados en lo musical, apareció Rodrigo Muñoz en escena. “Presento las canciones o intervengo entre medio, participo en las coreografías y hago los coros también. La idea es cotidianizar un poco el lenguaje poético de cada canción, potenciando las letras y facilitando la comprensión por parte del público”, explica Muñoz.

Los temas, compuestos en su totalidad por González y Triviño, se mueven entre la salsa, la cumbia y hasta el bolero. Entre los temas destacan “Americano”, “Que pase un buen día”, “María”, “Sabandija” y “Busco Trabajo”. En este último, una de las estrofas dice “he dedicado mil horas y cientos de meses a estudiar una carrera que me diera la felicidad, ahora me encuentro borracho trabajando en este bar. Las promesas del gobierno nunca tocan a mi puerta, vivo escuchando que crece mi país a un 6 por ciento”¦”.

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