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Inspirados en la música barroca, el rock y leyendas medievales, el quinteto nacido en Italia, se consagró como uno de los pioneros del rock sinfónico contemporáneo.
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Hijos de la Rapsodia Bohemia de Queen, la fuga de Johan Sebastián Bach y la potencia de Iron Maiden y Manowar, Rhapsody Of Fire es pionera de una camada de bandas italianas que se forjaron a su alero, como Labyrinth, Secret Sphere, Skylark y Vision Divine, originando el sonido y la escena del rock sinfónico italiano.
Luca Turilli, guitarrista del grupo, es también responsable de letras que se basan en mitos celtas, nórdicos y del medioevo. Un ejemplo de ello es su canción Emerald Sword, inspirada en una leyenda del folklore ruso, que figura en su segundo disco, el que sumó un nuevo éxito para la banda: Symphony Of Enchanted Lands.
Otro pilar del grupo, es el tecladista Alex Staropoli, quien creó las armonías perfectas para lograr el peculiar sonido de Rhapsody Of Fire, descrito por los músicos como la banda sonora de una película épica.
A ellos, se sumó la poderosa voz del carismático Fabio Lione (ex Vision Divine, Labyrinth y Athena), la aguerrida batería de Alex Holzwarth y el bajo de Patrice Guers.
Todo esto confluye en Rhapsody Of Fire, grupo que en su primera visita a Chile, repletó en tres fechas el Teatro Providencia, para presentar su tercer disco, Down Of Victory, ocasión en la que realizaron dos de aquellos conciertos en un día.
Estos primeros discos más Rain of A Thousand Flames (2001), Power of the Dragon Flame (2002), The Dark Secret (2004), Symphony of Enchanted Lands II: The Dark Secret (2004) y Live in Canada 2005: The Dark Secret Live (2006), fueron editados bajo el nombre de Rhapsody, que ya había sido ocupado por otro grupo, por lo que en 2006 cambió a Rhapsody of Fire, lo que implicó un nuevo comienzo para sus integrantes, que han mantenido su inigualable sonido.
Rhapsody of Fire es una banda que no sólo congrega a seguidores del rock, de las guitarras sólidas y baterías potentes, sino a fanáticos de la música docta, la mitología, el sonido celta, las melodías pulcras y las grandes bandas de sonido. Por esto, su visita es imperdible este 7 de diciembre, cuando en el Teatro Caupolicán, todo el poder del rock se fusionará con la armonía perfecta del barroco.
