[ficha]La propuesta de Josefina Fontecilla en la Sala Gasco trabaja con el desteñimiento que provoca la luz solar en telas dejadas a su exposición. El contraste entre el color original y la decoloración de las telas se puede apreciar en dos enormes telas, compuestas a su vez de fragmentos de brocato, que reproducen la paleta cromática de una pintura histórica en particular: el célebre fresco de Guido Reni sobre “La Aurora”, cuya reproducción llegó en el siglo XIX a la antigua casa de campo de la familia de la artista. Una exposición distinta, sutil y comedida, que nos habla de lo que se desvanece, la huella del tiempo y el desgaste de las cosas sometidas al paso de la vida.
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