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La increíble odisea que vivió Coté López el día de su matrimonio

La modelo reveló todos los detalles sobre su casamiento con el futbolista Luis Jiménez, a través de un divertido relato publicado en redes sociales

El viernes 1 de junio se llevó a cabo la celebración del matrimonio entre la modelo Coté López y el futbolista Luis Jiménez, cuya relación se ha extendido por 12 años.

Una boda que sin duda dio de qué hablar, pues contó con la presencia de conocidos rostros de la farándula nacional, quienes formaron parte de la extensa lista de 150 invitados.

Pero no todo se trató de luces y glamour, pues entre tanta preocupación por los detalles y lujos, también hubo espacio para las anécdotas, que la misma Coté López se encargó de revelar a través de dos publicaciones en su cuenta de Instagram, donde detalló la odisea que experimentó ese día.

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«Ahora les voy a contar todos los pormenores que no había comentado antes…», escribió la modelo, quien comenzó por explicar que su vestido no le quedaba grande, contrario a lo que pensaba mucha gente. De hecho, dijo que se necesitaron cuatro personas para cerrarlo.

Sobre los tiempos, comentó que el día del matrimonio estaba muy atrasada debido a los peinados que hizo a sus tres hijas y un trabajo para la universidad que tenía que terminar.

Entre tanto ajetreo, explicó,»le digo a mi papá: ‘papá tu solo preocúpate del ramo!». Pero cuando entró al auto, notó que éste había ignorado su petición. «Papá dame el ramo», le preguntó la modelo. «¿Qué ramo?«, le dijo este.

Pero esto no acabó ahí. Según comentó López, estuvo «dos horas ondulando pelos y las niñas entraron con el pelo dentro del abrigo (que debían sacarse)».

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Como si fuera poco, tuvo que lidiar con el pesado vestido que llevaba. «Terminó la misa y yo dije sutilmente: ‘sáquenme esta maravillosa y cómoda cola por favor’ «, explicó entre risas.

«Llegué a la fiesta y vienen las fotos y yo por dentro ‘tengo hambre y no respiro más‘», confesó. Y añadió que «nos sentamos a comer y no logré comer nada! no se si porque me iban a saludar o porque el vestido no me dejaba entrar ni una miga».

Pero el respiro no llegaría sino hasta el final de la fiesta, cuando junto a su pareja habían terminado de fotografiarse con los invitados. «Mi protocolo termino ahí ! dije basta! este es mi matrimonio y quiero bailar! Y comer!!», dijo.

Sin zapatos y luego de tres cambios de ropa, Coté López pudo al fin descansar. «Y así fue se apago todo a las 5 y obligados al hotel yo con el tercer vestido ya casi trasparente sin zapatos y sin nada más», dijo, dando cierre a una larga jornada.

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