Espectáculos

¡A tod@s nos gusta Portishead!

Mercedes Toro nos cuenta cómo creció escuchando a los ingleses.

Cada otoño me viene el recuerdo de 4to básico, cuando estudiaba en el Liceo Amanda Labarca, en Vitacura.
En ese trayecto del furgón, fue que escuché por primera vez, en la Rock&Pop la canción “Sour Times” de Portishead.

PUBLICIDAD

La mezcla melancólica de sonidos reverberantes -sónico sicodelicos-. “¡Esa voz y con scratch!”, pensaba siendo adolescente. Sentía que me hipnotizaba y que lograba domar mi estado de ánimo.

En octavo básico, tuve una premonición: llegaría a mis manos un disco de Portishead y juro que así fue.
Juro que pensé en eso la última hora antes de salir de clases, 19:35 hrs.

Con esa convicción salí rumbo a casa. Cuando llegué, mi objeto del deseo estaba ahí. No lo podía creer. También había un disco de Dead Kennedys y es que mi hermana recibió a una amiga de infancia que vivía en USA quien trajo estos tesoros.

Por todas partes encontraba adeptos, devotos del Trip-Hop, un secreto placer que compartía con amigos de todos los géneros, los más chicos buscaban su estilo, los más viejos eran un poco más cuadrados y estábamos los que probamos de todo a cucharadas.

La música me llegó, como un regalo para conmover, para ser parte del soundtrack de la “Mia Vita”.

Mi mejor amiga se fue en 1° Medio para reinventar su vida a California (USA). Con ella escuchábamos un collage de bandas que aparecían en Tony Hawk de Playstation, punk nacional, artesa (Nueva canción chilena) y un sin fin de cassettes. Ella takeaba “Pía Punk-Rock-ska-Soul-Funk-Hip-Hop”.

Firmemente, pienso que rechazábamos etiquetarnos, como el mismo nombre Trip-Hop era incómodo para las bandas que no querían REPRESENTAR sino su propia experiencia inclasificable.

Lo más cerca que tuve a Portishead fue a su DJ: Andy Smith el 2004 en noviembre, salió muy tarde para mí y caminé en bajada desde San Carlos de Apoquindo a Escuela Militar. Nuevamente, no lo podía creer. Era pura felicidad, no olvidaré jamás el cartel del Santiago Urbano Electrónico.

Pasaron mil años y apareció el THIRD, sacando del camino a esos amigos que el amarillismo, los lleva a vivir su juventud como un jolgorio de moda pasajera, y pude regocijar, nuevamente mi alma con recuerdos del Portishead Homónimo o “Dummy”, contenidos en este disco, lo mejor era lo nuevo: estridencia, estrés, sin sampler ni stratch, harto sintetizador y esa voz de sirena bohemia que llega a deformarse con las sonoridades pesaditas.

Así, cada otoño desempolvo esos momentos y recuerdo que presté el DVD en Roseland por la serie completa de Cobra.

Nada es tan vital a través del tiempo, como lo vivido y lo que aún queda por vivir.

Tags

Lo Último