Espectáculos

La historia de la mujer a través de 16 vidas asombrosas

En «Historias de mujeres» Rosa Montero narra 16 biografías: escritoras, artistas, intelectuales que desafiaron la norma social masculina.

¿Qué tienen en común George Sand, Frida Kahlo y Simone de Beauvoir? Las tres fueron mujeres, las tres creadoras, las tres se las arreglaron para llevar existencias poco convencionales, en momentos históricos nada favorables. Ése es precisamente el asunto de Historias de mujeres (1995) de Rosa Montero.

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La obra es una compilación de biografías, narradas con el estilo típico de la autora. Ella misma reconoce que se trata de una técnica mixta en que mezcla la biografía con la novela o el cuento; sin embargo, más que ficcionar, Rosa opina, diserta, se asoma a su propio interior de vez en cuando, de ahí que la lectura sea tan amena.

En general, el estilo de la Montero me incomoda un poco, porque no le tiene miedo al lugar común tal vez, porque algunos de sus libros son repetitivos (justo aquellos en que promete no repetirse). Pero la he leído lo suficiente como para evitar la pedantería de decir que no me gusta.

A la autora le interesan los diarios y las biografías, cuando llegué a este libro ya lo sabía. El año pasado, por estos mismos meses leí de Montero La ridícula idea de no volver a verte y La loca de la casa. Los dos son textos autobiográficos, sólo que el segundo establece un paralelismo entre la vida de la autora y Marie Curie.

Si tuviera que elegir, me quedaría con Historias de mujeres, pero La ridícula idea… se acerca ya a la Rosa Montero que más disfruto leer: la que escudriña en la vida de los otros y que se deja ver a sí misma entre líneas.

En Historias de mujeres encontramos biografías que, por diferentes razones, han llamado la atención de la autora. Ella misma explica en el prólogo (uno de los grandes aciertos del libro, una historia mínima del sexismo) que no sigue un orden específico, ni parte de épocas ni de criterios establecidos:

A decir verdad, más que escoger yo a las protagonistas ellas me han escogido a mí: voy a hablar de aquellas mujeres que en algún momento me hablaron. Aquellas cuyas biografías o diarios me impactaron por algo en especial…

Las biografías de la colección fueron publicadas en El País Semanal. Una vez reunidas en este volumen, podemos leerlas en una versión corregida y ampliada, libre “de la estrecha dictadura del espacio”, como dice la misma Rosa.

Son 16 biografías en total, todas ellas de mujeres, porque la intención de Montero es hacer hablar a esas personajes que, por su condición social, por la época en que vivieron, por su sexo, llevaron una existencia difícil, que sortearon obstáculos:

Además, leyendo biografías y diarios de mujeres una descubre perspectivas sociales insospechadas, como si la vida de cada día, compuesta por hombres y mujeres de carne y hueso, hubiera ido por derroteros distintos de la vida oficial, recogida con todos los prejuicios en los anales.

Es cierto, las vidas de éstas y otras mujeres funcionan como una línea paralela a la historia oficial y, a veces, demuestran que algunas situaciones eran más comunes de lo que habríamos imaginado. Por ejemplo, escritoras que elegían un seudónimo masculino para evadir críticas o situaciones todavía más difíciles, o que firmaban sus obras con los nombres de sus esposos, hermanos, hijos.

Aunque la idea de esta obra es narrar biografías (que no manifestarse en contra de la desigualdad, etcétera), las vidas de estas personajes son una buena forma de plantearse algunas preguntas, de asomarse a la realidad del presente a partir del pasado y, por supuesto, de reflexionar en torno a problemas de género.

Todas las mujeres de esta colección, algunas admirables, otras siniestras, hablan de un intento por liberarse de la norma social masculina. Cada una lo hizo a su manera.

Algunas de ellas ni siquiera formaban parte de una lucha abiertamente feminista. Pero todas, desde su muy particular trinchera y desde su momento histórico, se rebelaron y salieron de la clandestinidad, del olvido. Siglos, décadas después, hacen escuchar sus voces a través de la pluma de Rosa Montero.

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