¡Soy una víctima de la mercadotecnia!

Bien lo dice el guapo Don Draper en la serie Mad Men, vender no se trata de convencer sino de persuadir y conmover.La serie, que transcurre durante los años 60s, el boom de la mercadotecnia, abarca muchas legendarias campañas de publicidad.

Tantas veces he sentido que de querer algo, llego a sentir que lo necesito para ser feliz. Es una sensación extraña que se apodera de nosotros, en especial si vamos de compras al otro lado de la frontera. Donde en realidad si encuentras cosas para comprar que “ni te imaginas”.

Admito que soy una víctima de la mercadotecnia. Lo noto en esas cosas que me arrepiento de comprar casi de forma inmediata o que fueron gran desilusión, sin derecho a devolución por cierto. ¿No les ha pasado con ese vestido o esa blusa que se veía tan bien en la fiesta pero en las fotografías de la noche que los estrenaste luce fatal? Me ha pasado y no pocas veces.

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Creo que en especial ocurre cuando realizas una compra grande, por la que has tenido que ahorrar y esperar mucho tiempo. Nuestra cabeza tiende a crear expectativas irreales de lo que deseamos. Y es un bajón depresivo cuando eso que compramos no nos hace tan felices como pensábamos que seríamos, o no es tan útil, o simplemente después consideramos que ya no valió la pena. El caso se agrava cuando encuentras exactamente la misma compra que realizaste en otra tienda y mucho más barata. Creo que ese caso es el peor de todos.

No soy una gran viajera, pero supongo que les ha pasado con viajes, incluso con fiestas a las que les han invertido mucho dinero y cariño y al final no resultan como pensaban. Lo peor es cuando decides que vas a hacer un gasto grande e invertir meses de austeridad para después notar que no valió la pena.

Por eso en esta temporada de muchas tentaciones, me propongo firmemente no comprar nada que no quiera, necesite y me encante en todo sentido.

¿En qué situaciones te has sentido víctima de la mercadotecnia con cosas que no fueron lo que tu esperabas?