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En espera de “esa llamada”

El tiempo pasa terriblemente lento cuando esperas que el teléfono suene

Recuerdo que hace unos años salía casualmente con un chico que me gustaba muchísimo pero nunca fuimos abiertamente claros con nuestros sentimientos. Él siempre me decía que prefería no involucrarse seriamente por el momento pues acababa de terminar una relación larga y estaba feliz así sin compromisos ni responsabilidades.

Yo, por el otro lado, moría por él pero no quería aceptarlo por miedo a alejarlo. Me encantaba como me hacía reír, no nos gustaban las mismas películas pero nos emocionaba mostrarle al otro nuestras favoritas, se vestía un poco desalineado, odiaba el sushi, le encantaba bailar y tenía una sonrisa encantadora. No era perfecto pero hacía que me temblaran las rodillas, y con eso era suficiente.

Pasaron un par de meses y, a pesar de que nuestra relación iba bien y nos divertíamos mucho, comenzó a desesperarme el hecho de no saber si las cosas iban en serio o si tenía la misma mecánica con otras chicas; cosa que en ese momento no estaba dispuesta a aceptar. Como no veía progreso ni iniciativa de su parte, un día decidí aceptar la invitación de otro chico para ir al cine. Y le conté.

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Lo primero que me preguntó fue qué película iríamos a ver (para asegurarse que no fuese ninguna de las que habíamos prometido ver juntos) y cuando recapacitó me dijo “Creo que tenemos que hablar ¿Te parece si te marco más tarde?” y yo le dije que sí.

Como no sabía a qué hora era exactamente ese más tarde, cancelé la cita con el otro chico con el pretexto de que me sentía indispuesta y le propuse salir otro día. Me acosté en la cama y me quedé un buen rato viendo al techo.

Qué esperar de ese “tenemos que hablar”. Si me decía que estaba listo para comenzar la relación, iba a tener que contenerme las ganas de gritar ¡AL FIN! y actuar muy sobria al respecto. O tal vez debía gritar y besarlo apasionadamente. Pero, ¿qué pasará si me dice que es momento de dejar de vernos, precisamente, porque las cosas se están poniendo muy serias?

Me cambié de ropa tres veces, me preparé un sándwich y no pude comerme ni la mitad, entré y salí de mi cuarto como alma en pena, checaba cada 5 minutos el celular para asegurarme de que estuviera cargado y con señal, no vaya a ser que trate de llamarme y no pueda localizarme.

Me maquillé una, dos, tres veces hasta que opté por lavarme la cara y ponerme solamente un poco de brillo en los labios. Me puse mis zapatos favoritos. Volví a acostarme en la cama esperando la llamada que no llegaba. Ya habían pasado cuatro horas… y apenas eran las 5 de la tarde.

No sé cómo sobreviví las siguientes dos horas, pero sé que mi selección de música tuvo algo que ver. Pasé de canciones románticas a otras terriblemente tristes sin olvidar a Alanis, en caso de que todo resultara un fiasco y tuviese que cantar You oughtta know con el corazón en la mano… otra vez.

Al fin sonó el teléfono y era él avisándome que pasaría por mí a las 8. Bueno, una hora más ya no era nada comparado con el largo éxodo de esa tarde.

Cuando llegó me propuso ir a nuestro parque favorito para platicar. Llegamos y estaba todo vacío; raro para un viernes en la noche pero perfecto para la ocasión. Le dije, con toda honestidad por primera vez, que había sido una tarde muy larga y ya quería saber de qué teníamos que hablar.

Y no era nada de lo que me imaginaba. Me contó que su ex novia le había llamado para pedirle las paces y una segunda oportunidad. Genial. Tenía ganas de arrancarme las pestañas una por una por haberme emocionado tanto y al final haber recibido un lindo pastel de malas noticias.

Entonces me dijo que no sintió nada al oírla pedirle esa segunda oportunidad, y era porque estaba feliz conmigo. Y quería que las cosas siguieran así, pero ahora oficialmente. Entonces pensé que debí verme muy mal poniendo cara de hartazgo mientras me comentaba toda la historia aburrida de él y su ex y después emocionándome como niño en la mañana de Navidad, pero bueno, es una de las desventajas de ser tan transparente.

Nunca olvidaré esa larga tarde de espera y creo que tampoco cambiará mi manera excéntrica de imaginarme todos los escenarios posibles cuando alguien le da entrada a mi imaginación.

¿Tú qué haces cuando esperas una llamada importante?

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