Por Gabriela Vaca Jaramillo
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Quito, la capital ecuatoriana, vivirá por tercera vez la Fiesta de la Luz a propósito de la conmemoración del Primer Grito de la Independencia así como la agenda del Verano de las artes 2018 . Todos los ciudadanos tienen la expectativa de este espectáculo que transformará a ocho plazas del centro histórico en un escenario de luces y colores.
Este evento llega desde la ciudad francesa de Lyon, la tercera ciudad más poblada del país (tras París y Marsella). Fue la antigua capital de la Galia durante el Imperio romano; durante la Edad Media, Lyon se convirtió en una ciudad comercial y después en el siglo XIX en una plaza financiera de primer orden.
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La historia cuenta que en 1643, Lyon había hecho la promesa de erigir una estatua de la Virgen María si ésta protegía la ciudad del azote de la peste. Deseo concedido. Promesa cumplida. Siglos más tarde, la ciudad todavía lo recuerda: 4 días de fiestas nocturnas iluminadas, arraigados en la tradición religiosa y profana de la antigua capital de la Galia.
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Poético, mágico, onírico… así es como se podría describir a la ciudad. Desde 1852, cada 8 de diciembre, al caer la noche, Lyon se ilumina, pues es el día de la Fiesta de la Inmaculada, la Fête des Lumières (Fiesta de las Luces). Se ha convertido en una de las fiestas populares más concurridas del mundo.
Según la costumbre, sus habitantes decoran sus ventanas con cristales multicolores e iluminados con una vela. Escenario inmutable: a las 19h00, la ciudad se ilumina con las llamas de las velas.
Los transeúntes se sorprenden con las fachadas en un entorno a veces surrealista. La colina de Fourvière (donde se reza), se une con su vecina, la de la Croix Rousse (donde se trabaja). Un horizonte de luz desciende desde ellas sobre la ciudad, bajo los auspicios benévolos de la estatua de la Virgen ubicada en la basílica de Fourvière. La fiesta puede empezar entonces al pie de las dos colinas.
De repente, Lyon se transforma en un teatro al aire libre. Si las velas, instaladas en las ventanas de las casas de Lyon, habían iniciado las iluminaciones, ahora les toca el turno a artistas de todo el mundo. Las fachadas brillan y se convierten en lienzos para los artistas multimedia, dando vida con láser a monumentos y esculturas. Múltiples historias son contadas acompañadas de música.
Decenas de animaciones «luminosas» son ofrecidas gratuitamente al público durante cuatro días en las calles de Lyon. En la plaza de Terreaux, la fuente de Bartholdi cobra vida en un ballet acuático con fondo musical.
La fachada de la Catedral de Saint Jean, juega con la modernidad: animaciones 3D uniendo siglos de historia en un mismo tiempo. Los dos ríos de Lyon, el Ródano y el Saona, contribuyen a su manera: espejos gigantes, hacen bailar los monumentos y los puentes al ritmo de las olas. La Fiesta de las Luces de Lyon es vivir la noche mágica e itinerante, la consideran como una bella forma de dar paso a las celebraciones de fin de año.