Ecuador

Cristina Reyes: una mujer firme y muy descomplicada

La asambleísta Cristina Reyes abordó su vivencia del día a día tanto en el Legislativo como fuera de este. Se muestra como una mujer firme y sin complicaciones.

Todos admiran mucho la firmeza de la asambleísta nacional Cristina Eugenia Reyes Hidalgo. A sus 36 años, la legisladora se ha caracterizado por la defensa de las leyes a favor de trabajadores y jubilados, además de las mujeres, en todos sus ámbitos.

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Tras esta mujer trabajadora, quisimos conocer su parte personal y decidimos visitarla en su departamento, en el sector de la González Suárez, donde reside desde que asumió las funciones como asambleísta provincial.

«Mi vida es maravillosa, para mi es una bendición enorme el vivir en Quito porque desde que fui legisladora de Guayas disfrutaba quedándome aquí, hoy ya soy parlamentaria nacional, y ya conozco muchísimo a la capital: sus lugares turísticos, su gastronomía, etc. Incluso cuando se cancelaban las sesiones en el Pleno asistía a varios compromisos culturales y sociales en diferentes lugares.

Nunca tuve ningún inconveniente en cuanto a la adaptación de la ciudad. Previamente la vida laboral me preparó para esto ya que trabajaba en un canal de televisión que me traía semanalmente a Quito para grabar el programa durante un año», cuenta.

Sus hábitos cambiaron. «No puedo negar que por el ritmo de actividades que cumplo cada día, desde las 6 de la mañana, ya sea en entrevistas radiales y televisivas, en las comisiones legislativas , reuniones en la comisión de los trabajadores y seguridad social de varias provincias así como varios eventos públicos, mi ritmo de vida es ajetreado. Por ejemplo, yo como donde pueda. Se terminó esa linda dinámica de degustar la comida que hacía mi mamá en casa pero no me quejo ya que cuando uno tiene una vocación de vida encuentra cómo manejarla.
No soy de esas personas que se estresa, pues vivo apasionadamente cada una de las oportunidades y desafíos que se me presentan», argumenta.

Reyes es amante de la gastronomía nacional pero confiesa que no sabe cocinar, especialmente estos platillos «pero lo hago a la ‘criolla’ como un arrocito con algo, nada muy difícil».
Su departamento, con una magnífica vista a Guápulo es considerado uno de sus ambientes favoritos para desconectarse de su trajín. Todos pensarían que una asambleísta como ella vive en un lugar de lujo y muy amplio pero Cristina rompe con estos pensamientos ya que se trata de un sitio muy sencillo, pequeño pero, sobre todo, muy acogedor y cálido. “Tengo una vista muy privilegiada porque cuando se despeja el cielo puedo ver hasta el Cayambe. Además tengo mi rinconcito artístico con recuerdos de viajes y obras de artistas ecuatorianos, extranjeros, urbanos, etc”, señala.

CRISTINA REYES

Y entre estos detalles también se puede ver un “altar de mujeres”, como lo llama Cristina. Pues a cada lugar donde viaja trae una figura de arte de una mujer representativa como homenaje a todas las féminas del mundo que luchan por su derechos, por la equidad, por la no violencia y por más motivos relevantes en las sociedades.

El tiempo para la vida social se redujo para ella. Comenta que tiene sus prioridades dentro de su gestión y es algo que se lo toma muy en serio. “Los ecuatorianos me han elegido para representarlos, ya no es solo mi provincia sino todos. He quedado mal con algunas amistades cuando no puedo ir a sus eventos pero ellos comprenden mi día a día”, manifiesta.

Su novio también ha sido parte de este camino y admira su comprensión ya que él vive en Guayaquil y trata de acompañarla cuando puede o se ven los fines de semana cuando Cristina va a su ciudad. Pese a que no es madre de familia aún, no descarta dar este paso así como pasa con el matrimonio. «Toda mujer tienen todo el derecho de decidir cuál es su plan de vida y sin duda la maternidad debe ser una experiencia maravillosa. Uno lo dice desde el rol de hija, basada en el amor que promulga mi madre y nos ha demostrado su fortaleza y entrega a todos sus hijos, yo admiro a ese amor incondicional.

Este aspecto, en mi caso, no lo descarto pero se ha postergado de pronto por la prioridad que le ha dado a mi actividad profesional, que es un servicio a mi país y me encanta hacerlo con responsabilidad y amor.

En el tema del amor he tenido mis altos y bajos, sin embargo creo que he logrado tener una independencia, mucha madurez a nivel emocional de saber a donde quiero ir y con la persona ideal para que me acompañe en este camino respetando los espacios de libertad y sin imposiciones, valorando la confianza mutua. Si tendría que dar el paso para casarme siento que estoy lista pero no es algo que me quite el sueño.
Y muchos se sorprenden de esto, en algún momento pude haberlo hecho, talvez no estuve preparada y no se dio. Para mi lo más importante es el amor y siento que estoy avanzando con los pasos correctos, colaborando con Dios porque todo está en sus manos», enfatiza,

Por ahora dedica menos tiempo a sus pasatiempos como tocar la guitarra. Tomó un curso de teatro ya que es una de sus pasiones y siente que es un área artística para redescubrirse y conocer a otras personas en este ámbito, lastimosamente por la falta de tiempo dejó el curso. Adora la lectura y la poesía. Los viajes no faltan en su lista de sueños.

Su estilo para vestir es muy casual. No se considera una persona elegante e intenta no perder la autenticidad y la sencillez, en algunos casos. Para ir a la Asamblea trata de usar prendas ejecutivas, cuando hay tiempo, y cuando no, un pantalón y unas botas. Cree que más importante es lo que hace que lo que usa.

“Cuando adquiero prendas siempre busco ofertas. Tengo algunas diseñadoras ecuatorianas que me ayudan para los eventos especiales pero las llamo muy esporádicamente. No tengo lavadora acá en Quito y llevo mi ropa para lavarla en Guayaquil cuando voy los fines de semana. Soy completamente descomplicada”.

Blanco, negro y colores encendidos para los pantalones son sus opciones preferidas. Su estatura y silueta es envidiable y confiesa que no tiene ningún secreto ya que por todo el trajín diario no hace alguna actividad física a más de estar en el “corre, corre”.

CRISTINA REYES

 

Como legisladora recalca que ha «hecho respetar su participación y rol. Si uno mismo no se hacen respetar, ¿quién lo va a hacer por ti?. Yo tengo una voz fuerte con la que he defendido causas por encima de cualquier tema político ya que lucho por aquellos que han depositado su confianza en mi. Lastimosamente el debate con esta polarización que se generó en el país nos llevó a situaciones de mucha confrontación entre buenos y malos al punto de asimilar que si vistes de un color eres bueno y si tienes otro color eres malo.

También defiendo a mi género. Todos estos espacios son positivos ya que las conquistas que han hecho las mujeres con sudor, lágrimas, lucha diaria, responsabilidad, y más, nos ha costado siglos para obtener los derechos que tenemos. Sin embargo, para mi no solo es llegar al espacio sino la calidad de la gestión que se haga dentro de él sea hombre o sea mujer.

Siempre he sido firme en cuanto a la defensa de los trabajadores y jubilados y he tomado como bandera este tipo de temas. Incluso he tenido que dar la vuelta al país para tratar directamente con esto sectores sociales los proyectos de ley y responder a sus incógnitas».

Cristina es la mayor de tres hermanos, uno de 33 y otro de 27. La felicidad y tristeza, como todos ser humano, ha estado presente en su vida. «Mis sobrinas me han dado las más grandes alegrías porque estoy experimentando un amor nuevo y siempre intentaré dejar esa huella de un cariño grande. Entre los dolores más difíciles que he sentido es la muerte de dos seres queridos con la esperanza del encuentro en alguna otra vida lejos de aquí, además de un viejo amor y la traición de un amigo al que quise mucho», expresa.

CRISTINA REYES

Finaliza al recordar que en dos ocasiones cuando trataban el caso de femicidios en Ecuador se sentía decepcionada por «la indolencia de la gente y además cuando injustamente se metieron con un familiar porque afectaron mi parte personal con sus ofensas y han sido circunstancias que no tolero y me indigna mucho».

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