El sábado 4 de agosto, Meghan Markle celebró su primer cumpleaños como integrante de la realeza del Reino Unido, un acontecimiento que incluso antes dio mucho de qué hablar.
Los 37 de la duquesa de Sussex transcurrieron junto al príncipe Harry en la boda de unos amigos.
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También coincidió con el cumpleaños de la ya fallecida reina madre, Isabel Bowes-Lyon, esposa del rey George VI, quien habría cumplido 118 años, por lo que esta fecha es de suma importancia para la reina Isabel II.
Los recién casados pasaron la tarde en Survey, en la boda de uno de los mejores amigos de él, Charlie Van Straubenzee, donde el Harry fue de padrino, ya que mantieen una relación de amistad de más de 30 años.
El protocolo de la monarquía dicta que solo la soberana festeja en público tales ocasiones, por lo que cualquier celebración se llevó a cabo en la más estricta intimidad.
Lo que definitivamente sí queda por sentado, es que este cumpleaños será muy diferente al último que celebró Meghan, cuando lo disfrutó junto a su ahora marido durante un tranquilo safari en África.
Para entonces, la vida de la exactriz aún no se había visto completamente abordada por los medios de comunicación y la crítica viculada a la corona, tal y como lo fue después del anuncio de su compromiso y boda con el nieto de Isabel II y su controvertida familia, incluidos su padre y sus medios hermanos.