Jill Sharp, una usuaria de Twitter, empezó una rara manía de buscar las fotos de un hombre desconocido por ella para a través de herramientas como Photoshop alterar digitalmente fotografías con él y así iniciar una relación ficticia.
En la vida real el hombre fue identificado como Graham McQuet que en efecto mantiene una relación con Marianne Stirling, mientras llevaba esta doble vida 2.0 creada desde la imaginación de Jill Sharp desde Canadá llegó al extremo de siluetear su rostro en cada fotografía publicada por su novia en la vida real.
Con las composiciones digitales simuló viajes con destinos como Londres e incluso llegó al punto crucial de anunciar que iban a casarse pronto, todo esto extrañó a sus allegados que empezaron a rastrear al hombre para poder identificarlo y finalmente dieron con el sujeto que no tenía la misma identidad que Sharp aseguraba.
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La pareja fue contactada, alarmados decidieron acudir a la policía para que iniciara las investigaciones pertinentes, los conocidos de la acosadora ya identificada comentaron:
«Cuando alguien preguntaba cuándo se había conocido, siempre había una excusa diferente y oportuna para cada ocasión. Sino estaba trabajando, se había lastimado en algún accidente pequeño, cuando no era eso, nos decía que estaba enfermo, y en un punto nos dijo que se había ido de viaje del país».
Poco a poco se fueron detectaron errores en las fotografías que los llevaron a creer que las publicaciones eran falsas. Uno de ellos en específico comentó que que ella compartió una foto asegurando que tenían un fin de semana en Londres, pero las dos imágenes eran completamente diferentes en varios aspectos. Era obvio que se había tomado en un día diferente, por ejemplo, en la fotografía de ella supuestamente tomada por Graham, el terreno está seco y no hay nadie más en el encuadre, pero en la foto de ella, el suelo se ve húmedo y hay personas.
La policía comentó que no podían hacer mucho cuando la pareja llevó la denuncia, la respuesta que obtuvieron fue que no podían hacer mayor cosa al respecto, situación que realmente nos parece indignante.
