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Paula Garrido: “Nuestra idea es compartir todo lo que hemos aprendido”

La artista chilena en dupla con su esposo Ignacio Pérez Kenchington llevan 10 años impactando con sus obras de arte en 3D.

Extrovertida, cariñosa y con una sonrisa gigante me recibe en su casa/taller la artista visual chilena Paula Garrido quien se ha hecho conocida gracias a su obra full color, fluorecente y en 3D.

Cada vez que Paula expone los asistentes van ansiosos por saber con qué sorpresa se encontrarán, lo mejor es que su trabajo tiene una parte lúdica que encanta, para apreciar mejor la obra se deben usar lentes para ver en 3D. Siempre es un acontecimiento ver a Paula en acción.

Fui a conocer su taller y a conversar sobre su última obra “Fire Ritual | Ritual de Fuego” montada en octubre pasado en Galería Cima, la cual se enmarcó en el Küze Festival de luz de Santiago 2017.

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Al entrar me encontré con muchos colores dando vida a un espacio que vibraba pura alegría. Ahí también estaba Ignacio Pérez Kenchington, con quien trabaja como dupla creativa hace 10 años y quien también es su esposo. Ambos me dieron un recorrido por la casa llena de cuadros y recuerdos de innumerables viajes.

Juntos han recorrido varios países entre ellos Nueva Zelanda, Alemania, Estados Unidos, Perú y Francia. Además, llevan más de 300 montajes, sin contar residencias y talleres que imparten para niños.

Después de unos minutos para ponernos cómodos me ofrecieron tecito en unas bellísimas tacitas inspiradas en “Composición” de Piet Mondrian. Nos sentamos los tres en el taller y comenzamos a conversar del trabajo que están haciendo como dupla con “Nacho” -como le dice Paula cariñosamente a su esposo-, también de la inspiración de su obra y cómo su vida se ha reflejado en esta.

-Los rituales están muy presentes en tu obra, ¿de dónde viene eso?

Paula Garrido (PG): Mi mamá siempre ha hecho rituales, era la primera en tomar la maleta a las 12 la noche de año nuevo. Yo seguí muchos de esos rituales, por ejemplo siempre hacíamos algo, escribíamos todo lo que queríamos dejar atrás del año por un lado y todo lo que esperábamos del siguiente por otro. Luego quemábamos lo malo a las 00:00 hrs. En Galería Cima hicimos un ritual, la gente enganchó, nos agradecieron, quedamos atentos a la necesidad de muchos por sanarse mediante cosas más espirituales, más allá de lo hippie por un tema de bienestar interior.

-Igual bueno compartirlo con los asistentes a la expo, también estuve ahí y noté el compromiso de la mayoría y el respeto. Estamos en general, en un tiempo donde las personas que descubren su conciencia están buscando este tipo de relaciones y contemplando más la naturaleza por ejemplo.

PG: Con Nacho queremos plasmar la naturaleza virgen, nuestros paisajes que no han sido intervenidos. Queremos hacer un registro histórico, vamos a estos lugares donde no hay comodidades convencionales, sacamos fotos, la observamos y luego la estampamos en la obra, se la traemos a las personas y nadie nos cree que son lugares que existen realmente.

-Cuéntenme de ese proceso creativo y de construcción de la obra en torno a estos paisajes…

Nacho (N): Siempre tenemos un interés muy amplio de vivir la naturaleza, recargarnos e inspirarnos. Al principio queríamos compartir estos espacios con serigrafía la Paula y yo digital. Cada vez tratamos de buscar un poco más la realidad. La penúltima obra con video que hicimos representa un lago en el que estuvimos que estaba súper calmado pero cuando se movía el agua se movía todo, entonces la imagen estática no era suficiente y conversando nació la idea de incluir video sobre la serigrafía. Podemos vivir la naturaleza y además compartirla.

PG: Lo que no conoces es difícil quererlo, mucha gente no ha ido nunca y no cree que existan. Entonces, nosotros captamos estos paisajes y los llevamos a nuestra versión, a nuestro realismo mágico, luego vamos y lo mostramos en New York o en distintas ciudades y países y causa impacto. Pero más me llama la atención cuando las mostramos acá y nos damos cuenta del impacto, los chilenos no conocen su propio país. Es nuestro granito de arena de aportar al cuidado de la naturaleza. Pero no desde una perspectiva fatalista si no que desde la idea de mostrar que esto existe y que podemos cuidarlo. Eso la gente lo percibe.

-Se nota esto en la obra, en sus colores y formas. Es una expresión alegre de celebración.

PG: Yo encuentro la mayor calma en la naturaleza, ahí está mi alegría. Ahí no me importa nada, que ropa llevo, dónde vivo, si tengo o no auto… Tomas nuevamente la noción de lo que eres realmente, cosa que en la ciudad es muy difícil porque para todo se requiere dinero. Nosotros con Nacho vamos a Lago Azul donde el dinero no vale porque no hay qué comprar. Hacemos casería fotográfica salimos y estamos por horas en medio de la naturaleza solo contemplándola. No nos hemos quedado viviendo fuera de Chile porque se necesita mucho trabajo acá para que se genere un cambio real. Por eso lo del ritual en nuestra última obra, la gente quiere reunirse.

N: Hay una necesidad de conectarse, en la ciudad hay muchos elementos distractores que te sacan del centro y de lo que realmente tu eres. Por ejemplo, cuando estás alrededor del fuego estás súper conectado y lo hemos perdido. Eso es lo que se vio en la exposición con la obra que mezcla serigrafía, animación digital y el ritual.

PG: Nosotros partimos la idea de hacer el ritual en New York, en una residencia que hicimos en la galería de una chilena llamada Carolina Peñafiel. Ella nos recibió, ya hemos trabajado con ella antes, y comenzamos a trabajar el fuego. Cuando nos dimos cuenta que finalmente todo se trataba del fuego interno, ya que la obra es un volcán en erupción. Entonces descubrimos que debía ser con un ritual y justo un amigo músico que toca el vibráfono se ofreció para tocar, luego se unieron dos músicos más. En la Local Proyect Gallery hicimos en septiembre esta performance junto con la obra y fue impresionante lo que se generó. Cuando llegamos a Chile nos preguntamos quién llevaría el ritual ya que sólo así la obra cobra sentido y pensamos en la Cuca que es una chamana contemporánea, ella es sicóloga pero estudia muchas cosas de la medicina alternativa y además es actriz y músico.

-¿En los viajes que han tenido han sido para exponer, hacer residencias?

N: Siempre nuestros viajes tienen un objetivo profesional. Casi siempre tratamos de hacer una expo o alguna actividad relacionada con nuestro trabajo. Y en su mayoría hacer residencias de serigrafía. La idea es siempre aprender algo allá y después traerlo a Chile mediante proyectos colectivos y colaborativos.

PG: Hemos visto la carencia en Chile de estudios donde aprender sobre el desarrollo de la serigrafía. Por eso hemos salido a aprender más sobre ella. Acá hay mucho potencial de hacer muchas cosas.

-Me contaron que de alguna manera fue Nacho quien te dio la idea de incorporar el 3D en la obra de Paula por lo cual es reconocida, ¿cómo fue eso?

N: La Paula comenzó trabajando el holograma, flúor y tubos fluorescentes. Yo por mi parte estaba trabajando en una fiesta con unos amigos que se llamaba Universus 3D y te daban unos lentes con la entrada, cuando vi las obras que presentaron ellos que era más que nada escenografía y decoración de festivales, reconocí que me recordaba a la obra de Paula. Me traje unos lentes y funcionó heavy.

PG: Ahí mi vida cambió. Lo bacán del 3D que usamos es que trabaja con el estudio del color y su profundidad. Como yo estudio el color y trabajo con eso, comencé a sacar mucho más de lo que se puede. Fuimos a ciudades súper contemporáneas y la gente se sorprendía con nuestra obra. Nosotros lo que queremos es enseñarlo y contar la fórmula. En Mustakis estamos haciendo serigrafía 3D para niños, queremos sembrar en ellos el conocimiento de esta técnica. Nuestra idea es compartir todo lo que hemos aprendido.

-Es una mentalidad bien moderna, mucha gente prefiere mantener el secreto y dárselo solo a un aprendiz.

N: A nosotros nos ha pasado que no hemos terminado de experimentar. La idea es sacar un escrito o documentación para poder enseñar mejor. Y a pesar de que llevamos como 8 años trabajando con el 3D es súper amplio y creo que aún estamos en modo experimental.

-¿Cómo fue la primera vez que mostraron esta técnica?

N: Invitaron a la Paula a mostrar su trabajo en La Perrera Arte, ella me dio el pase a mí.

PG: Mostramos “Paraíso 3D”, en ese tiempo trabajaba a la mujer. Era una mujer volando por los paisajes de Chile. Me había traído unas revistas y corte una foto de Gisele Bündchen serigrafiada con la teoría del RGB con tubos de neón que hace aparecer más fuerte el efecto. Y la inspiración creo que viene desde mi familia, todos hacen algo que tiene relación con el arte. Mi mamá viajaba mucho y siempre traía muchas cosas de su recorrido por Latinoamérica, todo con muchos colores fuertes, mi mamá muy orgullosa de ser chilena y latina, me inculcó todo ese power woman. Es loco porque mi obra tiene un poco de cada integrante de mi familia, mi papá es músico e integramos la música por ejemplo trabajamos harto con Matanza, mi hermano es audiovisual e integramos también el video ahora. Recuerdo que en mi casa el arte estaba por todas partes, podía tocarlo, no tenía que ir a un museo para verlo y eso seguro me inspiró. Quiero acercar el arte a la gente. Que los niños puedan naturalizarlo. En el camino me decepcioné un poco del humano y me fui a los animales terminando con la muestra “La naturaleza cósmica” en Puma Lab. Luego comencé con los paisajes y ahora siento que con el ritual volvieron a aparecer los humanos pero desde otro punto. Lo que siempre les digo a mis alumnos es que nunca dejen de experimentar. El sistema es súper clásico, el espacio reducido, siempre está la misma gente, así que hay que innovar.

-Alguna vez les dijeron ¡¿Qué están haciendo?!

N: Escuchamos harto, eso no se hace. Nuestro método de serigrafía es súper viajero, por ejemplo lo convencional es hacer una matriz de aluminio con cierto tipo de malla y nosotros trabajamos con madera y mallas alternativas. Una vez en una residencia en Berlín, llegamos y desempacamos nuestros materiales, entonces llegó una viejita como de 80 años yo creo que era una seca serigrafera con un estilo bien rebelde igual. Y nos dijo, ¡eso no se hace!

PG: ¡Claro, si teníamos un bastidor de madera todo chueco! Pero después ven el resultado y se nos acercan a preguntar cómo lo hicimos. Muchos nos dicen que pensaban que no nos iba a resultar. Es que además cuando salí de la universidad entré a un taller en Loreto 393 donde había varios que hacían serigrafía street, recogían el bastidor de donde fuera, uno de ellos era el Giza, con la regla plástica, un foco de patio, que se demoraba como 15 minutos, todo era muy artesanal. Yo pintaba unos cuadros en los que me demoraba un mes o un mes y medio. Recuerdo una vez que estaba haciendo una obra de una mujer cabeza boca, hacía la mujer objeto. El fondo era verde y la chica encima comenzó a estropearse porque mucha gente que pasaba daba su opinión y como yo era chica intentaba arreglar lo que decían. La pintura se empezó a estropear y a deformar, fue tanta mi frustración que empecé estampar la imagen de la mujer una sobre otra con distintos colores, y de repente veo una tela gigante llena de estampados y fue loco, fue el inicio de lo que hago ahora. Todo mi proceso me ha mostrado el camino. Si nunca hubiese destruido ese cuadro quizás nunca hubiese llegado a esto. En general todo se ha dado así, lo mismo con Nacho, nos tocó ser tan compañeros, matrimonio además. Yo un día puse en Messenger –¡se me cayó el carnet!- “Hago clases de serigrafía”. Entonces Nacho me dijo que quería aprender pero que no tenía plata, así que le propuse un trueque, yo le enseñaba serigrafía y él a mí Photoshop.

N: Yo estaba buscando nuevas formas de hacer cosas. Recuerdo que estaba dibujando una polera a mano y dibujar en textil era súper lento, lo hacía con un pincel. Luego conocí la serigrafía y noté lo rápido que era.

PG: De repente nació el amor y justo al Nacho le salió un working holiday en Nueva Zelanda me dijo que postulara y que nos fuéramos juntos. En siete días estaba lista, con VISA y pasaje. Tomé todas mis cosas y me fui con él. No sabía ni inglés.

-¿Cómo estuvo el viaje? ¿Qué pasó allá?

PG: Al principio hicimos lo que todos, fruta, etc. Pero después nos compramos una van y nos fuimos haciendo serigrafía en ropa usada que comprábamos allá. La íbamos vendiendo en el viaje, con eso hacíamos plata para seguir. El último tiempo estuvimos en una residencia en Auckland y estuvimos con 12 artistas del mundo viviendo. Había de Inglaterra, Canadá, Escocia, Nueva Zelanda y de todas las diversas áreas. Ese viaje fue muy revelador. Nos cambió la vida para siempre. Llegamos la primera vez a Chile con esa cabeza, no en taller cerrado, sino que todo compartido, en colectivo. Ahí hicimos el primer Festival de Arte Usable que va a cumplir 10 años, que acerca a la gente al arte a través de la educación y de mostrar los proyectos creativos. El próximo año cumplimos 10 años de carrera juntos queremos celebrarlo con todo. No nos dimos cuenta cómo pasó el tiempo, el otro día sacamos la cuenta de cuántos montajes llevamos y son más de 300.

-¿En qué lugar les gustaría exponer en Chile?

N: Yo creo que por lo que hacemos sería un sueño estar en el Museo de Arte Contemporáneo de Quinta Normal, lo conocí hace poco, fuimos a ver unas residencias que está haciendo Molten Capital, me pareció súper interesante. Aunque cualquiera de los dos sería lindo. El otro que me gusta mucho es el Museo de Artes Visuales, por lo que he visto está trabajando mucho con naturaleza y nuevas tecnologías y medios.

PG: El MAVI es un lugar que me gustaría. También explorar en regiones, la Universidad de Concepción tiene una sala de exposición increíble.

N: Nosotros queremos que la serigrafía sea un objeto de emprendimiento por eso también buscamos lugares con riesgo social, nos encanta capacitar a las personas ir a regiones y enseñar lo que hacemos ya que es una súper buena técnica para hacer negocios, porque no es tan caro y se hace rápido. Uno de nuestros sueños es poder recorrer Chile con esto y entregar la técnica a quién se interese y/o lo necesite.

-Su formato es cada vez más grande, ¿qué pasa con eso y la calle?

PG: El gran formato me nace. Siempre le digo a Nacho que me gustaría hacer algo más pequeño porque cuesta transportarlo con mayor razón si nosotros viajamos tanto. Pero también hemos aprendido a ser unos Gypsy profesionales y hemos logrado buscar una forma en que las obras podamos trasladarlas y montarlas en cualquier parte. Pero la obra gigante me hace meterme dentro y como nosotros trabajamos con un arte que tiene mucha perspectiva que invita a entrar, hablan de un total, de un todo. Por ejemplo la nueva obra que estoy trabajando es un 360°, cada vez veo más intervenido todo con serigrafía. Un poco lo que pasó en Bar El Clan que fue la primera vez que intervinimos un muro con serigrafía y tan grande. Me encanta. Y ponerlo en la calle significa que tú vas donde la gente, no son ellos lo que deben entrar en una galería.

N: En la calle estás expuesto a que te digan la firme, enganchan o no. Y la gente se acerca y se interesa, pregunta. Creo que así desmitificas el arte, deja de ser tan lejano al mostrar el proceso creativo.

PG: Nuestro método, se enseña en cuatro clases. Llevamos en 10 años unos 400 alumnos. Creo que enseñar es una de las grandes semillas que uno puede aportar. Nuestra característica es mantener nuestra obra abierta en su técnica para todos. El ego en el arte me dio mucho susto, decidí salirme de eso. Ver a la gente tan chaquetera y despectiva hablando de los demás no me gustó. Prefiero una forma más generosa.

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