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Mariela Rodríguez (Porquetevistes): “No me guío por las tendencias”

En su tienda porquetevistes reúne prendas de más de 30 excelentes diseñadores nacionales, primando siempre la exclusividad, buenas terminaciones y calce justo.

 

 

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Por: Carolina Palma Fuentealba. Fotografías: Gonzalo Muñoz. Vestido: Paulo Méndez.

Hace 14 años que la tienda porquetevistes (Gertrudis Echeñique 360, Las Condes) reúne lo mejor del diseño independiente nacional. En un pequeño pero elegante espacio, la argentina Mariela Rodríguez da un exclusivo lugar a prendas exclusivas de nombres como Paulo Méndez, Sebastián del Real o Francisca Tuca, a quienes escoge con pinzas.

¿Cómo empezó todo? Mariela trabajó como modelo e incluso estudió Diseño de Vestuario, pero por viajes y sus cuatro hijos no terminó su carrera, aunque su pasión siguió intacta. «Cuando era chica y estaba estudiando, trabajé mucho tiempo con diseñadores independientes argentinos, porque era modelo, así que nuestro contacto era bien directo», recuerda.

Luego de pasar por España y México, llegó a Chile, sorprendiéndose de nuestra pequeña y casi nula industria de la moda, hace 15 años. De esta forma decidió crear una tienda que sirviera de apoyo a los artistas nacionales para exponer sus colecciones, con ayuda de colegas argentinos en un principio, simplemente porque no llenaba una tienda sólo con trabajo de chilenos. Hoy la realidad es diferente: abundan los diseñadores, cada vez mejores, y sigue buscando nuevos talentos que formen parte de porquetevistes.

¿Cómo recuerdas tu llegada a Chile?
Cuando llegué había mucho mall, pero no veía diseño nacional. Nosotros investigamos un año el circuito nacional, buscamos diseñadores, íbamos a universidades casi a hacer castings. Lo único que se nombraba era la Juana Díaz… Incluso hubo una época de diseño independiente en que se hacía ropa de poca calidad, y quizás ahí quedó el mito de que el diseño tenía malas terminaciones. Antes se hacía una feria de diseño, y allí se vendía más barato, en mucha cantidad y con menos terminaciones.

¿Consideras que las universidades o institutos que dictan estas carreras han cambiado?
Sí, se toma más en serio. Sin duda me sorprendió que hace algunos años no se estudiaba Historia de la Moda, que las terminaciones no se trabajaban mucho o no se explicaba cómo hacer una colección…

Siempre hemos mirado el mercado de diseño argentino. Si los pusiéramos en una balanza, ¿estamos cerca?
Me parece que el diseño independiente en Argentina está en baja por tantos productos que no se pueden importar, entonces no tienen cierres y otros materiales, por ejemplo. Igualmente lleva la delantera porque se trabaja hace años. Acá llevaremos unos catorce, y en Argentina lo vivía veinte años antes.

Disfrutamos de más diseñadores con bastante éxito. ¿Has visto un cambio en la personalidad de ellos? ¿Más seguridad, por ejemplo?
Sí, los diseñadores están más seguros. Paulo Méndez es uno de los diseñadores que siempre lo sentí seguro. De hecho está cambiando de marca Paulo Méndez a 2PM, y su colección está dando un vuelco. Es fuerte después de tener clientes cautivos, y que luego te busque otra gente. Para mí es el pequeño genio de la moda chilena. Él se puede reinventar, darse el lujo de cambiar su estilo. Hay más ventas, entonces hay más confianza. Sebastián del Real, por ejemplo, nos ha escuchado, ha cambiado su forma de trabajar, de cómo hacer la ropa, nos ha escuchado en detalles súper mínimos.

O sea has visto crecer profesionalmente a los diseñadores…
Sí, a muchos. Si lo toman en serio, van aprendiendo. Nosotros vamos haciendo un seguimiento. Como tienda tenemos contacto directo con el cliente, a diferencia de los diseñadores. Vemos qué les gusta, qué no, por qué les queda bien tal prenda, por qué se llevan tanto este producto y no otro. ¡Somos bastante meticulosas y pesadas contándoles todos los detalles!

 

 

¿Sigues buscando nuevos talentos también?
Sí, siempre busco diseñadores. Es que muchos comienzan a poner sus tiendas, y sé que esto es una plataforma para ellos, pero no los tendré toda la vida. Con muchos hemos crecido juntos, hemos hecho un trabajo desde cuando empezaron hasta ahora que están grandes.

Si pudieras dar un consejo a quienes estudian Diseño de Vestuario, ¿cuál sería?
Estamos creciendo en la industria. Que busquen su estilo es primordial, pero que aprendan a escuchar. Hay que aprender a escuchar a los que saben, y que las críticas las tomen como constructivas y no destructivas.

 

EL SELLO DE LA ROPA DE AUTOR
¿Por qué crees que no se consume tanta ropa de diseñador?
Hay un gran número de personas que no conoce lo que es el diseño de autor, y se queda con la idea de que es mal terminado. Otra razón es el precio, porque nosotros trabajamos en pequeñas cantidades, máximo 4 prendas por modelo. Es muy distinto a las grandes tiendas, donde es más barato. Yo veo una polera de $5.000 y pienso que con eso no alcanza ni para la tela…

Es bastante exclusivo, entonces.
Esta moda es exclusiva. Todo depende del diseñador, pero como dueña de la tienda no espero que se masifique. Claro que quiero que llegue más gente, pero sigo pensando en buenas terminaciones, en buenos diseñadores, en piezas exclusivas. Para masificar debes bajar la calidad, debes hacer más cantidades, cambiar a telas más baratas, etcétera. Visto a mujeres como yo, pero la tienda ha ido mutando igual que yo. Antes era más juvenil, porque era más joven. Una luego se vuelve más selectiva, como todo en la vida.

Tienen vestidos de Alta Costura también…
Tenemos vestidos de Rodrigo Valenzuela y, si te pruebas uno, no te lo quieres sacar. Se te va la guata, todo, es casi una cirugía con un vestido (ríe). Tienen un calce increíble, y eso estamos logrando con varios diseñadores. La gente que está viniendo a la tienda se va haciendo cliente, porque va viendo esas cosas. Acá hay una asesoría exclusiva independiente, de mucha sinceridad con el cliente; no te voy a vender un vestido que te quede mal, porque no es buena publicidad para mí afuera.

Se habla mucho de tendencias Otoño-Invierno, colores, rayas, cortes, etcétera. ¿En el diseño independiente se ven también?
No las seguimos totalmente, más bien se sigue en algunas cosas, un color o forma. Eso se lo dejamos a los malls, porque ellos van a la tendencia, a lo masivo. Aquí veo inspiración en algunas tendencias, unos las usan y otros no, porque tienen bien marcado su sello.

Personalmente, ¿sigues lo que dictan las tendencias?
No, para nada. Me visto 100% de la tienda. No salgo mucho a vitrinear, para ser sincera. Quizás cambio de estilo, porque puedo andar con tacos en el día y zapatillas en la noche, pero no me guío por las tendencias. Tal vez es porque de chica, desde los 16 años, me he vestido con ropa de diseño de autor. Es un tema cultural.

¿Qué diseñadores destacas de la escena chilena?
Además de Rodrigo Valenzuela, la Francisca Tuca, que llegó hace poco tiempo a la tienda. Tiene líneas simples, una paleta de colores bien naturales, muy femenina. Celestino también diseña muy de los años 60 y muestra cada día mejores terminaciones. Son diseñadores que te escuchan, que las críticas son constructivas, pero para algunos son hirientes. Hay que aprender a escuchar. Algunos diseñadores se fueron porque no llegaron a entender eso, y había que cambiar, porque si no cambiábamos no avanzábamos, y no les servía ni ellos ni a mí.

¿Y en diseño de joyas?
Francisca Izquierdo tiene una colección de cuarzo magnífica, con cerámica, oro, maxi joyas. En Tesoro Mío –de Pamela Staplefield– también encontramos diseños de joyas muy bonitos: corazones, calaveras, muy delicado. Otro que resalto es Nicolás Olmos, el diseñador que le hizo las joyas a Carolina de Moras, todo a mano, desde la forma hasta los ganchitos.

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