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Katrina Landis: “Tienes que ser claro con tus colegas sobre lo que quieres hacer”

La única mujer de la junta directiva de British Petroleum (BP) explica qué es lo que se necesita para que las mujeres lleguen a los puestos más altos.

«Es anticuado, muy anticuado», dice Katrina Landis, vicepresidenta ejecutiva de actividades de negocios corporativos de la British Petroleum. Landis lleva una carrera exitosa, aún estando casada y con cuatro hijos, dos de los cuales son adoptados desde Rusia. Una verdadera supermujer, que todos los meses pasa dos semanas en Londres, una en Estados Unidos y otra en cualquier otra parte, y admite que no es infalible, explicando cómo, al igual que muchas madres, tiene una carrera bamboleante.

«Cuando estuve en Alaska con dos de mis hijos, a pesar de que sabía a lo que iba, mis superiores que estaban tomando las decisiones de personal asumieron que estaba en la posición de mamá: no podía moverme mucho y no quería grandes retos», dice Landis, hablando del apoyo de BP al Día Internacional de la Mujer.

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No fue hasta que alguien influyente dijo que ella fluctuaba entre la vida laboral y la vida de madre, que Landis supo que debía actuar. «Tuve que ir poniendo las cosas en su lugar con mi gerente de línea: le dije que estaba muy interesada en desarrollar mi carrera; estaba abierta a un traslado y a viajar», dice la ex directora estadounidense de energías renovables de BP.

La mujer, de 55 años, agrega: «Me di cuenta de que en algo tan importante como mi carrera, es fundamental no tener un solo punto débil. Le dije a otras personas que podrían estar interesadas que sabía lo que estaba haciendo y de lo que era capaz de hacer». Este fue un punto que Landis, que es miembro de la campaña Mujeres y Economía Verde, que promueve el liderazgo femenino para crear desarrollo sustentable, repite constantemente durante este encuentro en las oficinas principales de BP, en la St. James Square de Londres.

Es la ambiciosa charla alcohólica sobre las carreras que se da entre hombres jóvenes, y que aún en el siglo XXI es un territorio desfavorable para las mujeres. «Es realmente divertido que la creación de redes en algunos países sigue siendo negativa para las mujeres», reflexiona.

«Muchas mujeres creen que lo que tienen que hacer es llegar, hacer un buen trabajo y automáticamente las van a reconocer y promover. Pero no es suficiente. Creo que salir y tomarte un trago es muy importante; tienes que ser clara con tus colegas sobre lo que quieres conseguir, y es el momento en el que puedes manejar situaciones y hacer camaradería con tus colegas. Aprendes a conocer qué es lo que hay detrás de los trajes», dice la licenciada en sicología.

La cultura del trabajo duro y del beber duro es algo que para ella se ha vuelto familiar durante los 12 años que ha pasado en las plantas comerciales; de hecho, el departamento de negocios internacionales es ahora parte de su portafolio. La otra lección valiosa que aprendió del mundo de los hombres fue la «necesidad de ser persistente» a la hora de luchar por sus metas. Está demostrado que las mujeres tienen menos suerte a la hora de pedir un reajuste salarial o un ascenso que sus compañeros hombres. ¿Era la única mujer del directorio ejecutivo de BP reacia a pedir un ascenso? «No puedes venir a negociar sin saber cómo hacerlo», dice, riéndose despectivamente de la pregunta.

Siendo que la ruda sala de reuniones no ha inmutado a Landis, esto no disuadió a uno de sus superiores, al principio de su carrera relacionada con gas y petróleo de intentar cambiarla para que fuera como uno de sus chicos. «En un programa para evaluar mis habilidades comerciales y de liderazgo, un hombre del equipo de liderazgo, que pienso que estaba tratando genuinamente de ayudar, dijo: ‘ahora que serás una líder necesitas cortarte el pelo y usar trajes ejecutivos’, considerando que en ese tiempo usar hombreras estaba de moda», dice una consternada Landis. «Él estaba efectivamente alentando a que fuera más como un hombre porque iba a ser la única mujer del equipo».

Landis, usando un vestido azul eléctrico, un collar a tono y peinada al medio, ignoró el consejo de forma política. Aunque se dio cuenta de que tendría que preocuparse de no enviar señales equivocadas. «Necesitas verte de forma profesional y algo conservadora, pero no por eso tienes que usar trajes y tienes que ir peinada engominada, como queriendo mucho decir que estás aquí por tu cerebro y no por cómo te ves». Tal vez haya que educar a los hombres de mentalidad primitiva que no pueden ver la igualdad de género en su lugar de trabajo. La clave es bajarle el perfil, hacerlo simple: «Los hombres deberían considerar cómo les gustaría que trataran a sus mujeres, hermanas o hijas, algo que no es necesario aprender académicamente», dice Landis. Esencialmente, solo hay que apelar al lado emocional y territorial de los hombres.

Bromas aparte, la igualdad de género está ahora en las agendas de muchas juntas directivas alrededor del mundo, en parte debido a que en Noruega la ley exige que el 40% de estos estén compuestos por mujeres, y las estadísticas lo confirman. «Los estudios muestran una correlación entre el gran rendimiento de una compañía y la cantidad de mujeres en su junta directiva», dice Landis. Aunque ella acepta que ese cambio social puede tardar todo el paso de una generación, la ejecutiva cree que «si esto se le deja a su suerte, es muy difícil que las cosas cambien y aquí es donde los objetivos, como en Noruega, pueden apurar el proceso».

Por el momento, el cambio no está siendo lo suficientemente rápido como quisiera la ejecutiva de BP, que quiere ver a más mujeres siguiendo la ruta de las matemáticas y la ingeniería, describiéndolas como «habilidades vanguardistas» que abren puertas para convertirse en una líder de negocios. Describe que este ascenso femenino menos ortodoxo a la cima deja «cicatrices en la espalda». Porque dice que quizás un elemento de agresión física no es mala comparación si es que realmente quieres ganarte tus garras en la carrera del liderazgo

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