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Control de natalidad: la verdad sobre la vasectomía

Es rápida, económica, efectiva; no causa cambios en la “performance” sexual, y se puede reversar. Sin embargo, los hombres se realizan muy poco este procedimiento de control de NATALIDAD si lo comparamos con sus símiles femeninos. ¿Lo consideras una opción?

 

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Por Carolina Palma F.

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Hace décadas vivimos una sexualidad no basada en la reproducción, en gran medida porque las mujeres decidimos usar diferentes métodos anticonceptivos a partir de los años 60, aunque se cree que nacieron hace miles de años. De hecho, cuentan que los antiguos egipcios trituraban semillas de granada –un fruto que contiene estrógeno natural– lo unían con cera y creaban supositorios que se introducían en la vagina.

Para las feministas usar la famosa píldora es un gran avance en nuestra libertad sexual, pero aún quedan barreras que derribar. «Creo que en Chile, en lo reproductivo, estamos mal con respecto a otros países. Tenemos altas tasas de embarazo adolescente, y se relaciona con que no existen planes serios de educación sexual en los colegios ni un real acceso a métodos de prevención del embarazo», comenta la socióloga Mariela Infante, de Corporación Humanas.

Y ni hablar del acceso a la píldora del día después en caso de emergencia. Se sabe que a las jóvenes de clases más desposeídas les ponen muchos obstáculos; en cambio, las que pueden acceder a la salud privada piden la receta y la compran sin problema. «Hay una paradoja. Las mujeres viven de manera más libre su sexualidad, pero vivimos con un montón de restricciones que impiden que sea efectivo», analiza Infante.

En síntesis llevamos sólo cinco décadas haciendo uso de las pastillas anticonceptivas, y comprendiendo sus efectos poco a poco, casi sobre la marcha. Algunas han tenido problemas con su consumo, apareciéndoles acné o, en casos específicos y mucho más graves, han sufrido trombosis.

El doctor Guillermo Galán, de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología (Sochog), confirma que todas las pastillas pueden causar trombosis, pero hay formulaciones que tienen más riesgo que otras, y eso se sabe desde siempre. «Tienen más riesgo de hacer una trombosis venosa aquellas con dosis altas de estrógeno, con algunas de las progestinas que se usan, y son más frecuentes al comienzo del uso de la píldora, porque después tiende a disminuir su riesgo. Ahora bien, las alternaciones de las arterias son más frecuentes en mujeres de más edad, las que llevan más tiempo usándolas, las fumadoras, con presión alta, que tienen riesgo de alteraciones en el encéfalo, infartos», explica.

VASECTOMÍA V/S LIGADURA DE TROMPAS

Con esta vista rápida a nuestro escenario, es válido preguntarse por qué ellos no se realizan intervenciones o procedimientos –más allá del uso del preservativo o condón– para evitar un embarazo y de paso terminar con los riesgos colaterales que sufrimos nosotras al tomar pastillas. Entre los llamados métodos de contracepción masculino más conocidos están el uso del condón, la abstinencia periódica, el coitus interruptus y también la vasectomía, técnica que a juicio del doctor Andrés Estrugo, urólogo de Clínica Monteblanco, «es el mejor aporte que hace el hombre a la anticoncepción».

No se habla mucho de la vasectomía como control de la natalidad, así que decidimos averiguar al respecto.

Para ser justas, pese al machismo reinante en la sociedad, cada año hay más hombres que toman conciencia de la importancia de planificar la llegada de los hijos, con lo cual ha ido creciendo su interés por consultar a los especialistas e informarse en qué consiste la operación. Hay países en el mundo que lo utilizan constantemente como control de natalidad, como India, China o los anglosajones, pero nosotros muy poco, si consideramos que se introdujo en nuestro país a principio de 1970…, hace más de 40 años.

En el 2000, de acuerdo a la Resolución 2326 del Ministerio de Salud, se autorizó la vasectomía como método de regulación de la fecundidad y desde esa fecha tiene código Fonasa. La primera evaluación se realizó el 2002, confirmándose que se realizaron 16.344 esterilizaciones femeninas y sólo 137 vasectomías, lo que representaba el 99.2% y 0.8% del total de esterilizaciones, respectivamente. Una cifra ínfima.

«Creo que recién está empezando a ser una práctica para el control de la fertilidad masculina. No tengo cifras, porque no existen estudios al respecto, pero cada año aumentan. Es que se han ido derribando todos los prejuicios que existen frente a la vasectomía», explica Estrugo.

Por ejemplo, hay que aclarar que no es una opción para los más jóvenes. En general se recomienda a hombres sobre los 38 años, casados o con una familia ya armada y definida, con dos hijos como mínimo. Usualmente lo hacen porque su pareja no puede seguir tomando pastillas o no soporta los anticonceptivos intrauterinos.

Por otra parte se dan cuenta que realizar una ligadura de Trompas es mucho más caro y peligroso.

Entonces, ¿por qué no se da a conocer más? Para el especialista, la respuesta es clara: «Desde mi opinión personal, nos encontramos en una sociedad donde las elites son altamente orientadas hacia una visión religiosa de la vida, lo que se une a un país que tiene menos niños, las mujeres se embarazan más tarde y quieren tener uno o dos hijos. Promover la vasectomía en el hombre es jugar en contra de eso. Además, la sociedad chilena no soporta promover que no se tenga más hijos, por eso nunca se ha implementado como política pública», opina el experto.

De hecho cuenta que en los hospitales públicos el número de vasectomías que se realizan es nada comparado con las ligaduras de Trompas, siendo que este último es un procedimiento mucho más delicado. «Imagínate lo que ha costado que a las mujeres les den pastillas anticonceptivas en los hospitales, la pastilla del día después o un condón».

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