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¿Infértil por estrés? Mira los estragos que produce este mal en parejas que quieren ser padres

La carga emocional y física que implican los tratamientos en medicina reproductiva, son unas de las razones más potentes a la hora de abandonar los tratamientos. Otro factor es la relación con la clínica que eligen los pacientes. “A veces sienten que no se les ha entregado la información en forma clara. Por lo tanto es fundamental encontrar un centro y un equipo profesional que les dé confianza y se sientan contenidos”, precisa la psicóloga Daniela Solari, de la Unidad de Medicina Reproductiva de Clínica Monteblanco.

 

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El estrés y la depresión son comunes entre las parejas que le hacen frente a la infertilidad. De hecho diversos estudios e investigaciones han demostrado que las mujeres sometidas a tratamiento por infertilidad tienen un nivel de «estrés» similar, y con frecuencia más alto, que el de las mujeres que se enfrentan a enfermedades graves como el cáncer o patologías del corazón.

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La mayor parte de los estudios que se han enfocado en el estrés y la infertilidad han señalado que la infertilidad, en sí, produce niveles elevados de estrés, acompañado frecuentemente por frustración y, a veces, desesperación.

 

Lemmens y cols. (2004) y Alper y cols. (2002) realizaron estudios concluyentes acerca de la necesidad de que las parejas sometidas a técnicas de reproducción asistida tengan soporte psicológico antes, durante y después del tratamiento, debido a la ansiedad y la sensación de pérdida de control, que se traduce en síntomas psicosomáticos en ambos miembros de la pareja.

 

Las técnicas, especialmente las de estimulación hormonal y las de reproducción asistida, producen mucho estrés, ansiedad y depresión. ¿Cómo ayudar, entonces, a las parejas que se someten a estos tratamientos? ¿Además del estrés, qué otros factores inciden para que abandonen el tratamiento? ¿Por qué es importante el apoyo psicológico? Sobre éstas y otras interrogantes nos orienta Daniela Solari, psicóloga de la Unidad de Medicina Reproductiva de Clínica Monteblanco. La profesional asegura que los pacientes indican como  momentos más estresantes y duros del proceso los 15 días que deben esperar para verificar si están embarazadas o no.

 

¿QUÉ MOTIVA A UNA PAREJA ABANDONAR EL TRATAMIENTO?

De acuerdo a diversos estudios, un promedio de entre 24 y 35% de las parejas abandona el primer tratamiento in vitro.  Algunas de ellas, lo retoman al cabo de un año. Vuelven con una actitud más positiva o cerrando ciclos porque claramente son parejas que no se han planteado la opción de una vida sin hijos o de la adopción.

 

Lo importante, comenta Daniela, es pensar en qué parte del tratamiento la pareja decide «tirar la toalla», porque se da el caso que algunas descartan de plano los de alta complejidad por razones valóricas o de creencias. Sin embargo, aquellas que deciden hacer el tratamiento de alta complejidad y luego abandonarlo, priman en su decisión diversas razones.

 

«Una de las razones es el tema económico, que no es menor.  Son tratamientos de alto costo. Segundo, el paso de un tratamiento a otro y tercero, quizás el factor más importante, es la carga emocional y física que implican los tratamientos. Es difícil tolerar emociones intensas por un periodo largo de tiempo y sienten que no pueden seguir lidiando con el estrés, la pena, la incertidumbre, la presión», afirma Daniela.

 

Otro factor para descontinuar el tratamiento es la relación con la clínica que elijan. «A veces sienten que no se les ha entregado la información en forma clara, que no se han sentido acogidos o que hay una desorganización interna. Por lo tanto es fundamental encontrar un centro y un equipo profesional que les de confianza y se sientan contenidos», precisa la psicóloga de Clínica Monteblanco.

 

Un quinto motivo de abandono es el deterioro y disminución de la calidad de vida, situación ante la cual el rol del equipo de fertilidad es tratar de mantenerla en un nivel satisfactorio.

 

CONSEJOS

Cada pareja, sostiene Daniela, es un mundo aparte. Por lo tanto, al momento de su contención es necesario generar planes de  ayuda de acuerdo a la realidad de cada una.

 

«Seguramente muchas tienen buena relación y pueden funcionar relativamente frente a las situaciones de estrés, pero hay otras parejas que vienen con problemas previos, donde los temas de fertilidad se hacen presentes, o bien llegan con depresión a hacerse el tratamiento, o hay pacientes que se van deprimiendo en el camino, que es esperable porque el estrés y la carga emocional son muy grandes».

 

Si bien cada pareja tiene su propio mundo, hay consejos o recomendaciones generales que les ayudará a vivir el tratamiento de fertilidad de mejor forma.

 

1.            Encontrar un centro y un equipo que les de confianza y se sientan contenidos

 

2.            Que sean capaces de buscar información porque es un elemento tranquilizador. «No saben lo que pasa, no saben lo que tienen, y el tratamiento es un generador de estrés y de angustia muy grande».

 

3.            Saber pedir ayuda cuando empiecen a sentir que algo no funciona, no esperar a último momento porque estos son procesos complejos que tienen que ver con el plan de vida de cada pareja. «Es importante pedir ayuda con el estrés, con las penas, con los duelos que hay que hacer para ver también qué formas de enfrentar le acomoda mejor a cada uno».

 

4.            Poder reconocer sus emociones y generar espacios de encuentro de la pareja.

 

5.            Es importante el apoyo de la familia siempre y cuando la pareja esté dispuesta a entregarle información. «Para el primer tratamiento, en general todos cuentan, pero para el segundo y en adelante, no todos. No lo hacen por presión, para que no estén preguntándole o para sentirse liberados por si no les resulta».

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